
¿Semana Santa o semana de receso?
Colombia es considerado uno de los diez países más católicos del mundo con alrededor de 45,3 millones de ciudadanos bautizados, pero realmente ¿qué tanto se conserva la tradición familiar por estos días en Fusagasugá?
La Semana Santa o semana mayor es una festividad religiosa donde se busca renovar la fe a través del recogimiento y la oración, conmemorando la vida y pasión de Jesucristo, sin embargo la realidad actual es otra. Esta semana es aprovechada por la mayoría de personas para tomarse unas vacaciones, irse de fiesta y para realizar otras actividades destinadas a la diversión.
La religión entendida como una expresión social, tiene un marco normativo dentro de la organización y la disposición de las leyes en el Estado colombiano. Germán Mantilla profesor de Constitucional y Democracia de la UCundinamarca, Seccional Girardot, afirma que “el papel de la religión en una sociedad es netamente orientador en el campo espiritual, es más, hoy en el marco constitucional es un derecho fundamental de carácter individual, cuya decisión de profesar o no, es netamente subjetiva. El Estado solo regula el derecho dentro del paquete de libertades y el individuo es libre de ejercerlo o no”.
A propósito de esta fecha religiosa se les preguntó a estudiantes de la UCundinamarca para conocer si aún conservan esa fe y respetan las ceremonias que se llevan a cabo durante la Semana Mayor.
“Reconozco estas fechas como un espacio en el que se reviven todos los acontecimientos religiosos de la época de Cristo, pero asegura no celebrar la semana como los demás católicos”, señaló Carlos Ríos, estudiante de Zootecnia.
Por el contrario, Ximena Muñoz, estudiante del mismo programa dice celebrar respetuosamente estas fechas, especialmente los jueves y viernes, días de mayor significado y respeto para ella “de lunes a miércoles no se hace gran cosa, el jueves asisto al lavatorio de pies, el viernes voy al viacrucis y el sábado a la bendición del fuego”.
Por su parte, los nacidos en las décadas de los años 80 y 90 vivieron la época en la que durante la Semana Santa no se podía hablar fuerte y muchos menos gritar, no se veía televisión, ni escuchar música, ni practicar deporte, todas esas actividades eran consideradas para ese entonces por los abuelos y padres como una ofensa a Dios la cual provocaría el castigo divino por una mala conducta.
“Puede que una de las razones sea porque es una gran fiesta o solemnidad llena de significados, de símbolos, tradiciones, entre otros, de encuentros religiosos que se han mantenido a lo largo de la historia en diferentes generaciones en torno a la familia y la salvación de la humanidad. Además, representa factores de idiosincrasia reflejados en el comportamiento de las diferentes comunidades que asumen mediante la religión”, manifestó Luis Rafael Hutchison Salazar, docente de Deporte Formativo, Ética e Identidad.
Jairo Alonso Martínez Niño, de profesión abogado y profesor de la UCundinamarca, compartió un interesante listado de actividades que no se pueden hacer dentro de las tradiciones que enmarcan la semana religiosa entre las que se destacan: No tener relaciones sexuales, no bañarse en un rio, no vestirse de rojo, no escuchar música y no barrer ni clavar clavos el Viernes Santo.
“La Semana Santa es una experiencia de Dios, por ejemplo, el domingo de ramos es el símbolo de su llegada, vivan eso, permitan que Dios llegue a sus vidas. Hoy lo jóvenes tienen muchas cargas emocionales en la familia y en la sociedad, y esta semana es la oportunidad para dejarlo entrar en nuestros corazones”, enfatizó el Padre Jhon Fredy Cano, delegado de la Pastoral Juvenil,
La invitación es vivir la Semana Santa como una oportunidad de reflexión, de compartir en familia y de efectuar cambios que redunden en el bienestar personal, de nuestro prójimo y de la sociedad en general.
Cristiam Camilo Bautista/GLA
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