Educando a una generación de nómadas digitales
El graduado de Ingeniería de Sistemas de Facatativá, Johan González Montero es un nómada que trabaja por el mundo. Aquí les contamos su historia.
Por: Juan Carlos Monzón-Oficina Asesora de Comunicaciones
Y es que este tipo de personas que trabajan siempre remoto, hoy pueden estar en un parque en Estambul con su computador laborando, mientras contemplan el Bósforo, y en un mes en Madrid, en una cafetería de La Gran Vía.
El caso de Johan no es la excepción, pues ha recorrido varios países bajo esta modalidad, gracias a que es programador y puede realizarlo. “La primera vez que lo hice fue cuando me fui a vivir Australia para aprender Inglés. Me llevé mi computador y desde allí, con la diferencia de horas, que son como doce, cuadraba las reuniones con mis jefes en Colombia. Ellos me ponían unas tareas muy puntuales que debía desarrollar durante la semana. Si se me presentaba alguna duda, la resolvíamos por Whats App. Mientras tanto, en mis tiempos libres iba conociendo diferentes partes de ese país, e incluso, pude viajar a Tailandia que es relativamente cerca”.
Formado para desarrollar conocimientos tecnológicos, científicos y sociales en el marco del Modelo Educativo Digital Transmoderno, este inquieto ingeniero de 33 años ha trabajado para el IDRD de Bogotá. Hizo una maestría en Construcción de Software en los Andes y después se vinculó a la UCundinamarca enseñando programación. Así mismo, ha sido contratado por el Estado, pero en modalidad virtual. “Fue esta última circunstancia, cuando de nuevo aproveché y viajé a México donde hice un tour por Ciudad de México, las pirámides de Teotihuacán y Cancún. Después estuve en Bolivia conociendo La Paz y el Salar de Uyuni, viajé a Argentina y recorrí su capital, al igual que Canadá y las Cataratas del Niagara, entre otros lugares. Todo eso lo hago, mientras trabajo”.
Para este trotamundos, la clave para ser nómada digital está en la organización de sus horarios, aspecto que aprendió en la UCundinamarca. “Uno cuadra tiempos, espacios y listo, pues lo único que yo necesito es un computador y una conexión a internet. Por ejemplo, para el Salar de Uyuni requería dos días si quería hacer el tour; entonces trabajé normal de lunes a viernes y el sábado y domingo me fui hasta allá. Acá lo importante es ser cumplido con lo que exigen los jefes”.
Por eso esta modalidad trabajo es su estilo de vida y no piensa cambiarlo, a pesar de que acaba de nacer su hijo, a quien también visualiza en veinte años como un viajero empedernido. “Yo siempre busco empleos que se adecuen al trabajo remoto, porque me gusta administrar mi tiempo y ser nómada digital. Nadie se imagina la cantidad de gente que he conocido en el mundo que trabaja así y que me ha servido para contactos que después me llaman con el objetivo de asesorarlos en proyectos. Además, no me agrada que me controlen los horarios y menos estar metido en una oficina de ocho a cinco de la tarde. Respeto los que opinan diferente, pero no es mi forma de laborar”.
Sobre recomendaciones para aquellos que deseen llevar esta vida de viajero y trabajador en simultánea, Johan, quien acaba de terminar otra maestría en ciencia de datos y big data en la Universidad de la Rioja en España es categórico. “Lo primero que les recomiendo es que estudien temas de tecnología de la información y la comunicación y ofrezcan sus servicios a empresas que no requieren la presencialidad. También les digo que cambiemos ese chip de que todo empleo debe ser desde la sede de la empresa. Yo cuando he sido docente, siempre les digo a mis estudiantes que no se cierren a lo que les ofrece el mundo, que se den la oportunidad de explorar y de intentar conocer qué pasa más allá de nuestras fronteras. Esas son vivencias que amplían la mente, los conocimientos, porque a veces vivimos como en una cajita de fósforos que no nos deja ver más allá”.
Esta historia es la de millones de profesionales en el mundo, sin embargo, las universidades frente a esta realidad están obligadas a repensar sus modelos de aprendizaje, y a responder, ¿Cómo empoderar desde la educación a una generación de nómadas digitales?