“Mi trabajo me enseñó a ser resiliente”
Así se expresa Brian Samir Rodríguez, quien ayuda en su proceso de inclusión a personas con discapacidad física o cognitiva.
Por: Juan Carlos Monzón-Oficina Asesora de Comunicaciones
Y es que semana, tras semana, este joven graduado de la licenciatura en Educación Básica con énfasis en Educación Física, Recreación y Deportes de Fusagasugá, se sumerge a trabajar con población en condición de discapacidad en una piscina o en una pista de atletismo; buscando su máximo rendimiento.
Su pasión por dicho campo laboral viene de la época cuando era estudiante en la universidad, pues la institución, desde muy temprano, se preocupó porque Brian tuviera un contacto con la realidad del entorno, tal y como dice el Modelo Educativo Digital Transmoderno. “En aquel tiempo, en las prácticas pedagógicas, se me ofreció trabajar con procesos de inclusión con población en condición de discapacidad. Entonces me mandaron a una fundación. Esa experiencia me gustó muchísimo, tanto así, que junto a otros compañeros hicimos nuestro trabajo de grado sobre esa temática, el cual titulamos, Educación Experiencial con Poblaciones con Diversidad Funcional”.
Esa circunstancia marcó un antes y un después en su vida profesional, ya que una vez con su título debajo del brazo en el 2020, pudo, con esa experiencia, proyectar sus conocimientos para contribuir al desarrollo de las comunidades y al mejoramiento de la calidad de vida de la gente. “Tan pronto terminó la pandemia, pasé una hoja de vida a Indeportes de Cundinamarca. Allí vieron mi perfil, y que tenía la experiencia desde la época de universidad con esta población. Además, se percataron que mi trabajo de grado versaba sobre dicha área. Eso fue más que suficiente para que me contrataran en procesos de formación e iniciación deportiva”.
Hoy, gracias a su trabajo, ya sacó como subcampeón departamental y campeón nacional en paranatación a Sebastián Cutiva, quien tiene una amputación desde la rodilla. “Para mí, eso es un motivo de orgullo. Él está logrando muy buenos tiempos y queremos perfilarlo hacia otras metas de carácter internacional”.
Sus días transcurren en las escuelas de baloncesto, atletismo, boccia y paranatación. “Hemos podido sacar a los chicos a diferentes encuentros a nivel departamental, nacional y a los Juegos Parapanamericanos Juveniles que hubo en Bogotá este año. Tenemos doce deportistas con diferentes tipos de discapacidades que van desde la cognitiva, como el autismo, hasta la física. Con ellos entrenamos varios días a la semana”.
Hoy, tal y como dice la Declaración de Persona Transhumana, este joven ha edificado un estilo propio de vida que le ha permitido ser feliz, amar, vivir bien y lograr su desarrollo personal. “Con este trabajo, al observar a mis deportistas, yo he aprendido mucho sobre resilencia, pues los analizo cómo se han superado ante la adversidad. Cada uno de ellos tiene una historia de vida que me ha transformado y que me permite ver, más allá de la discapacidad, al ser humano”.
A su alma mater le agradece el haberle dado todas las bases y herramientas metodológicas y pedagógicas para desempeñarse como profesional. “Todo lo que aprendí, lo he podido implementar con esta población y eso no tiene precio”.