Graduado creó fundación como proyecto de vida

Con esta iniciativa fue escogido el 2020 como el mejor servidor público de Colombia y, además, fue galardonado por parte del presidente de la República.

Por: Juan Carlos Monzón-Oficina Asesora de Comunicaciones 

Se trata de Andrés Moya, un administrador de empresas que estudió en la seccional de Ubaté y que tiene un gran sentido filantrópico que viene de sus padres, quienes le enseñaron desde niño a compartir y ayudar a los demás. “Vengo de un hogar con unos principios católicos muy arraigados en donde la caridad, la honestidad y la responsabilidad, hicieron parte de mi formación. Tanto así, que de niño recuerdo cuando salía a recreo y compartía por ejemplo mi chocolatina con mis amigos y no me importaba quedarme sin nada, con tal de verlos contentos”. 

Por eso, este graduado, quien fue formado de acuerdo con el Modelo Educativo Digital Transmoderno; que se enfoca en brindar una formación basada en la construcción dialógica con miras a una transformación personal e influyente positivamente en la sociedad, no dudó nunca en crear una ONG a la par con su trabajo siguiendo dicho postulado. “Yo veía muchas necesidades en Ubaté, por eso creé la Fundación Andrés Corazón. Allí buscamos mejorar la calidad de vida de la población vulnerable. Es así como prestamos servicios a madres cabeza de hogar, adultos mayores y personas con discapacidad a través del voluntariadoque puede ser con brigadas de salud o entrega de mercados, entre otras acciones”. 

Su forma de trabajo es curiosa y se aparta de los aportes en dinero que muchas veces reciben este tipo de organizaciones. “Nosotros interactuamos con médicos, abogados y odontólogos y personas que si bien no tienen ninguna profesión, nos ayudan. Ellos nos donan su tiempo con el fin de llevar sus conocimientos a nuestros públicos objetivos. Aceptamos todo en especie. Por ejemplo, si se requiere una ayuda logística para un evento, la gente lo dona”. 

Pero su prueba de fuego fue cuando llegó la pandemia y empezaron a aparecer los tristemente conocidos trapos rojos en las casas de muchos hogares a lo largo y ancho del país que evidenciaban que ahí había una familia con hambre. “Entonces, me di cuenta de que debíamos actuar con urgencia. Por eso, desde mi cargo en la Alcaldía de Ubaté como director de acción social, ideé una estrategia que llamé Plan Padrino, la cual buscaba a través de truque garantizar la comida a los más desfavorecidos. Creé un banco de alimentos. Pensé, el municipio es una región productora de quesos y leche. Fue cuando me puse a golpear la puerta de cada uno de ellos para que me donaran los excedentes. Una vez con estos en nuestras manos, nos íbamos a otros municipios como: Útica y Villeta y los intercambiábamos por fruta y panela para nuestra comunidad”. 

Así, un día el alcalde, ante tan admirable labor, decidió postularlo como mejor servidor público del municipio, en un concurso que organiza la entidad Función Pública. Compitió contra 145 candidatos con su propuesta de intercambio de alimentos. “En este evento, se resaltaba el compromiso y liderazgo en medio de la emergencia sanitaria.  Mi sorpresa fue grande, cuando me llamaron y me informaron que había ocupado el primer puesto en la categoría municipal y sería exaltado por el presidente de la República Iván Duque y el gobernador de Cundinamarca vía virtual”. 

Su trabajo, que continua con ahínco, le ha merecido otra distinción, porque es un convencido de la frase del rector, Adriano Muñoz Barrera cuando dice que la institución busca un sujeto que además de alcanzar su desarrollo personal, se convierta en un agente transformador que le aporte de manera significativa a su entorno y a la sociedad. “Me dio la Universidad Javeriana y Bancolombia el premio a la mejor propuesta innovadora durante la emergencia COVID 19. Este premio es otra motivación que me impulsa a continuar trabajando por los demás” 

Hoy, viendo en retrospectiva su vida, cuando apenas tenía el diploma de bachiller en la mano, no duda en agradecerle a la UCundinamarca por la educación que recibió. “Mi familia es de estrato tres. En aquella época no tenía los recursos para mandarme a estudiar a Bogotá. Por eso, cuando se presentó la oportunidad de ingresar a mi alma mater como estudiante, no lo podía creer. Allá tuve excelentes docentes que dictaban en prestantes universidades de Bogotá y que me formaron en conocimientos y valores”. 

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