“Con el voluntariado descubrí que soy un privilegiado”: Julián Roldán

Así se expresa este joven que estudió Ingeniería Industrial en la extensión de Soacha y quien no duda en recomendar esta experiencia que transforma vidas. 

Y es que su acercamiento con este tipo de trabajo, que es en esencia, un diálogo de saberes y la generación de acciones para la satisfacción de necesidades de comunidades, con el propósito de contribuir al bienestar colectivo, se dio el año pasado gracias a la UCundinamarca que promueve al interior de la institución este proceso de participación social llamado voluntariado. 

“Un día me llegó a mi correo una información institucional sobre cómo podía un estudiante vincularse a esta iniciativa. Me gustó la idea y decidí postularme. Al poco tiempo me llamaron para ser parte integral de este proyecto”. 

A partir de dicha circunstancia, la universidad lo contactó con la Fundación Techo, organización por la que han pasado 1.2 millones de jóvenes que han transformado la vida de los más necesitados a lo largo y ancho del país. “Allí me dieron una capacitación previa sobre la forma de abordar a la comunidad y cómo aprender a escuchar sus necesidades. Me enviaron a trabajar a   la Localidad de Usme en el barrio El refugio, que es una de las más deprimidas de la ciudad”. 

Allí, en medio de las calles polvorientas que van trepando la loma como una serpiente amarillenta y junto a otras personas con espíritu filantrópico, comenzaron a trabajar por mejorar la calidad de vida de sus gentes, cumpliendo así una de las premisas fundamentales del Modelo Educativo Digital Transmoderno. “Empezamos a hacer un diagnóstico participativo el cual consistió en analizar las necesidades de dicha población. Esta evaluación arrojó que ellos requerían agua potable, más seguridad, combatir el maltrato animal, mejorar el estado de las vías y más trabajo. Después de eso se hicieron asambleas con la gente y se estructuró un plan de acción y la ejecución del mismo para atacar esas falencias desde las posibilidades de la ONG”. 

Además de ese trabajo, la Fundación Techo lo puso a que colaborara en el tema medioambiental y desarrollo sostenible, ya que él se había inscrito en esa área con antelación. “Laboré en la creación de huertas caseras y nuevas técnicas para la captación de agua. Fue un algo muy bueno. La gente es muy agradecida con lo que uno hace por ellos”. 

Y es que esta experiencia le cambio su visión de la vida en un país como Colombia, en donde, según el DANE, el 39% de su población vive en la pobreza. “Pude darme cuenta de que soy un privilegiado, gracias a que vi la manera en que otros llevan su existencia. En resumen, todo ese proceso me sirvió para ser más empático con los demás”. 

Por eso ahora que está graduado y trabaja en RGIS Colombia LTDA, una de las multinacionales de desarrollo de inventarios más grandes del mundo, no duda en recomendar a los estudiantes de la UCundinamarca que hagan parte de este proyecto institucional. “Les recomiendo que se inscriban, vale la pena vivir el voluntariado, pues les cambiará su visión de la vida”. 

De esta manera, la UCundinamarca busca un sujeto que además de alcanzar su desarrollo personal, se convierta en un agente transformador que le aporte de manera significativa a su entorno, a la sociedad y a la naturaleza.