Se deben implementar procesos de psicoeducación
Investigación de estudiantes de psicología revela que la crianza y la violencia escolar están asociadas a las características sociodemográficas.
El proyecto de monografía de grado realizado por los estudiantes Ana María Díaz Gómez, Dayanne Nicolle Peña Cardona, Fabián Andrés Torres Quevedo y asesorado por el docente Rafael Leonardo Cortes Lugo, del programa de Psicología, revela las prácticas de crianza y violencia escolar asociadas a las características sociodemográficas en estudiantes de una institución educativa municipal de Facatativá.
La investigación publicada en la revista indexada mexicana Alternativas en Psicología, destaca el informe estadístico de la Red de Orientadores de Facatativá, con 57 casos de acoso escolar, bullying y ciberacoso escolar, 132 de conflicto y riñas, 107 de maltrato infantil y 85 casos de violencia intrafamiliar en las instituciones educativas municipales, además muestra como la violencia escolar ha sido considerada una problemática social desde el aspecto práctico, investigativo, educativo y jurídico.
Los resultados obtenidos indicaron que el estilo parental con autoridad es predominante; se obtuvo una correlación negativa entre la dimensión de afecto comunicación y la violencia escolar desde el rol de víctima, por lo que se concluyó que el apoyo de los padres representa un factor protector para la violencia escolar.
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“Esta investigación representa un aporte para la institución educativa desde la psicología a la comunidad educativa, se podrían implementar procesos de psicoeducación que busquen una trasformación paulatina de las prácticas de crianza de los padres, considerando su asociación con la percepción y manifestación de conductas violentas en el contexto escolar, teniendo en cuenta las características de la edad y el género para comprender elementos propios de los estudiantes”, señalan los autores.
El estudio se desarrolló en una institución educativa municipal de Facatativá que por motivos de confidencialidad se omite el nombre de la institución dada la solicitud del representante legal. En la investigación participaron 21 estudiantes, 10 mujeres (47.6%) y 11 hombres (52.3%), con un rango de edad 13 a 16 años, del grado octavo de básica secundaria.
La obtención de información se llevó a cabo a partir del Sistema de Información para el Monitoreo, Prevención y Análisis de la Deserción Escolar (SIMPADE), con la escala de clima escolar y seguridad en la escuela y la escala de evaluación de estilos educativos, también en la investigación se usó el programa SPSS v.20 con el fin de realizar el análisis de las variables.
Otro dato a destacar de los resultados es el dominio de condiciones de seguridad, demostró que la violencia es una problemática que genera preocupación y en el dominio de bullying se encontró que el aspecto que más se presenta son las burlas o humillaciones, así como ser agarrados o empujados por otros compañeros.
De acuerdo con el género, se encontró que las mujeres perciben mayores conductas inseguras, así como han sido con mayor frecuencia víctimas de bullying. En el caso de los hombres se evidenció que perciben mayores situaciones que afectan las condiciones de seguridad y del mismo modo presentan mayor molestia ante eventos de bullying.
Respecto a la edad, los estudiantes mayores de 14 años percibieron más conductas inseguras y situaciones que afectan las condiciones de seguridad, mientras que los estudiantes de 14 años son víctimas de bullying con mayor frecuencia en comparación con las otras edades.
Finalmente, los autores destacan la importancia de vincular a los padres de familia con el proceso de formación de sus hijos. Asimismo, indican dar un manejo interdisciplinario liderado desde la psicología para hacer frente al fenómeno, a través de diversas estrategias que aborden de manera integral la violencia escolar, entendiendo su relación con el entorno social y familiar, donde se dé a conocer a directivos, docentes, estudiantes y padres el rol que pueden ejercer para contribuir a la prevención de la violencia escolar.
Exhortan a las directivas escolares a diseñar e implementar programas basados en la información reportada por los estudiantes en el Sistema de Información para el Monitoreo, Prevención y Análisis de la Deserción Escolar (SIMPADE) lo cual permitiría profundizar en el abordaje de la problemática de estudio.