Emprender, crecer y ayudar a otros
Graduado de Ingeniería Ambiental emprendió con restaurantes en Anapoima y Girardot. Esta es su historia en sintonía con la formación para la vida.
La Ingeniería Ambiental que estudió en la UCundinamarca llevó a Giancarlo Cabrera Beltrán a descubrir su verdadero don, la pasión por la cocina, que lo motivó a abrir tres restaurantes de exquisita comida que hoy son reconocidos en la región.
El gusto y la práctica por preparar la buena comida, los recuerdos familiares y el deseo por emprender han sido la clave para hacer realidad su sueño.
“Mi gusto por la buena comida nace desde casa, pero la práctica empieza cuando mi madre en el 2012 me envía estudiar a Solomillo Steak House, restaurante con academia experta en carnes, asados y preparaciones argentinas. Luego nace la idea en 2014 de vender carne asada y hamburguesas en Anapoima, en casa de abuela materna para ayudar a sustentar los gastos de la carrera que estaba estudiando en la UCundinamarca”, explicó el graduado.
Giancarlo explicó que otra de las actividades que lo ayudó mientras estudió fue la venta de sándwiches gourmet, y recuerda con agrado cómo para uno de mis profesores era un ejemplo de economía.
“Con mis amigos en la universidad diseñamos el nombre y el logo Bariloche Parrilla, allí empezó una experiencia inolvidable que se fue transformando en una empresa, y en una marca con recordación en 2017”.
A la pregunta de cómo un ingeniero ambiental, se fue por el negocio de los restaurantes, Giancarlo explicó que, en su formación en la UCundinamarca, aprendió formulación de proyectos, economía básica, economía ambiental, manipulación de alimentos y saneamiento básico, entre otros conocimientos que sin duda le sirvieron mucho para el manejo de las carnes, porque en Bariloche los productos son de la mejor calidad, subraya.
Crecimiento y superación personal
A la par del crecimiento de su restaurante Bariloche, Giancarlo continuó estudiando gastronomía peruana y buscó técnicas para implementar y potenciar su restaurante no solo en Anapoima sino en Girardot, desde el 2019.
“La competencia no estaba fácil, en Girardot hay grandes marcas y era una prueba para mí. Abrirme campo no fue fácil pero afortunadamente ha funcionado muy bien”, dijo el ingeniero ambiental.
En diciembre del 2020 decidió abrir Aborigen Experiencia Salvaje, su tercer restaurante en el que ofrece una experiencia más típica y con más arraigo colombiano. La cocina exquisita sigue siendo su sello y cada día se reinventa para dar a sus clientes lo mejor de lo que lo apasiona.
La pandemia no nos paró
“Me reinventé, fue un golpe difícil pero ahora nuestros restaurantes cuentan con un plan de bioseguridad, con distanciamiento y desinfección, además tenemos servicio a domicilio. Esta situación me llevo a estudiar marketing digital, pues este tipo de hechos no me pueden parar”
Este graduado de la UCundinamarca, decidió apoyar a otros que como él están estudiando, así que ha dado empleo a muchos de los estudiantes, sin embargo, por la pandemia y las restricciones que aún existen ya no ha contratado más estudiantes y solo tiene 25 trabajadores de tiempo completo. “Los estudiantes estaban los fines de semana, pero ahora tenemos esos días limitado el servicio por seguridad”.
La meta para Giancarlo no es finita, quiere seguir creciendo y espera que sus conocimientos, su don para la gastronomía y los negocios, le permitan ayudar a muchas personas más y lograr dar a conocer sus restaurantes.