Rosalba Rozo, un legado de amor y dedicación educativa
La institución expresa un profundo mensaje de condolencias por el fallecimiento de Rosalba Rozo Caballero, gestora del conocimiento ejemplar y querida por su comunidad.
Por: Alejandro García Suárez – Oficina Asesora de Comunicaciones
La Universidad de Cundinamarca lamentó profundamente la partida de Rosalba Rozo Caballero, gestora del conocimiento y el aprendizaje del programa de Ingeniería de Sistemas y Computación en la sede Fusagasugá. El rector, las directivas, su facultad y toda la comunidad universitaria enviaron un mensaje de solidaridad y fortaleza a su familia, compañeros y amigos.
Rosalba Rozo fue reconocida por su serenidad, servicio, responsabilidad e integridad, cualidades que marcaron de manera especial su paso por la institución y dejaron una huella duradera en quienes tuvieron la fortuna de trabajar y aprender a su lado.
Óscar Fabián Sánchez Guzmán, gestor del conocimiento, recordó con afecto que “Rosalbita era una mujer maravillosa. Siempre podíamos contar con ella. Acompañaba, aconsejaba y estaba ahí para sus estudiantes”. Destacó además el impacto de su trabajo en proyectos de interacción social con adultos mayores, donde su dedicación fue motivo de agradecimiento permanente. “Nos deja un vacío enorme. La voy a extrañar muchísimo; todos los días nos recibía con una sonrisa”.
Por su parte, Edna Faisuli Herrera Alonso, compañera del programa de Ciencias Básicas e Ingeniería de Sistemas, expresó que Rosalba “fue como una madre para todos, docentes y estudiantes. Era entrega, vocación y cariño por el bienestar estudiantil”.
Recordó además su compromiso en acompañar a los estudiantes de primer semestre, orientarlos en sus primeras semanas y guiarlos en el uso de plataformas y procesos académicos. “Deja un legado de trabajo, esfuerzo y dedicación”.
Una de sus colegas más cercanas también la describió como una docente “noble, servicial y exigente, siempre comprometida con que sus estudiantes aprendieran y crecieran”. Para muchos, Rosalba fue conocida con cariño como “la mamá de los primíparos”, por su cercanía, apoyo constante y orientación a quienes llegaban por primera vez a la vida universitaria.
La comunidad universitaria despide con profunda tristeza a una mujer que dedicó su vida a educar, acompañar y transformar con su ejemplo. Su legado seguirá presente en cada estudiante, docente y proyecto que tocó con su trabajo y su calidad humana.




















