“La educación de hoy parece la de hace 25 años”: Francisco Cajiao

El experto en educación habló con la UCundinamarca sobre la educación tradicional y el desfase temporal que vive el sistema educativo en el país.

La educación sigue centrando su esfuerzo en mejorar la calidad y en dar una mayor cobertura con procesos de inclusión, sin embrago en los últimos 25 años la sociedad colombiana ha cambiado, la práctica pedagógica, los paradigmas y los sistemas educativos son otros, la escala de valores se ha invertido, y las sociedades deben adecuarse a las nuevas tendencias nacionales e internacionales que el mundo globalizado exige.

Ahora lo pertinente es una revisión profunda de lo esencial en la educación en el siglo 21, explicó Francisco Cajiao Restrepo, licenciado en Filosofía, magister en Economía, consultor de ministerios de educación en América Latina, Europa y de la Organización de Naciones Unidas y columnista de El Tiempo.

El experto y autoridad en educación habló con la Universidad de Cundinamarca sobre la educación tradicional y el desfase temporal que vive el sistema educativo en el país. Cajiao señala que dicho sistema está hecho para personas que no existen hoy.

UC: La sociedad del siglo 21 ha venido cambiando, ¿Cómo debe ser la educación de hoy?

Francisco Cajio: El problema que tenemos es una sensación confusa del tiempo, por un lado, uno siente que no ha pasado nada, los cambios no aparecen, uno quisiera que el país evolucionará. El mundo cambió en los últimos 25 años y el problema es que la educación sigue pensando que no ha pasado nada. Esto genera un conflicto en las sociedades. La educación superior no le habla a la gente real de hoy, sino a las personas de hace 25 años.

Encontramos una cantidad de jóvenes que llegan a las universidades muy mal preparados. No leen ni escriben de manera crítica y clara, no tienen un pensamiento lógico desarrollado y estructurado que se exprese en el pensamiento matemático. Además de los currículos colombianos desapareció la historia, razón por la que los jóvenes no saben de dónde vienen ni para dónde van y, por lo tanto, viven un grave problema de identidad.

El sistema educativo está hecho para gente que no existe hoy, eso significa que probablemente tenga que cambiarse, para que los niños desde muy temprano empiecen a descubrir sus vocaciones, sus talentos o aquellas cosas por las que realmente son buenos, y no seguir dictando asignaturas en las que salen con una ignorancia admirable.

UC: ¿Seguimos en una educación tradicional?

Francisco Cajio: Seguimos en una educación tradicional, estamos tratando de mejorar una educación, que era notablemente buena en 1960, pero que no tenía la cobertura suficiente, sin embargo, el modelo sigue siendo el mismo.

Todo esto ha sucedido por el cambio tecnológico, social y cultural, por los altísimos niveles de globalización, de manera que la economía no tiene las mismas líneas de dinamismo de otro momento, la gente que estamos preparando, la estamos preparando para un mundo que no conocemos todavía, no sabemos cuál es.

UC: ¿Cuál es el reto?

Francisco Cajio: Hay una especie de desfase temporal, que hay que empezar a corregir. La situación preocupante es que en los últimos tres años se ha visto una reducción notable en la matrícula universitaria, ha bajado la inscripción, hoy son menos los jóvenes quieren ingresar a una institución universitaria.

El 34% de los jóvenes terminan el bachillerato, y de cada 10 que ingresan tan solo se gradúan tres. Este panorama sucede por falta de cupo, o porque no lo solicitan, en algunos casos hay dificultad en el acceso al conocimiento a través de Internet. Panorama que evidencia una crisis muy grande en la educación formal, y parte de ésta, es que la gente va muy rápido y la educación formal va muy despacio.

UC: ¿Cuál es el modelo educativo que se requiere hoy en día?

Francisco Cajiao: La respuesta a esa pregunta no la tiene nadie. Tampoco la tenían los griegos. El modelo educativo no existe, hay muchos modelos que se superponen, se complementan o se integran. Nosotros tenemos un modelo educativo para el trabajo y desarrollo humano, eso es lo que se llama educación no formal con gran flexibilidad.

Por otro lado, está el modelo educativo profesionalizante que se da en la educación superior, sin las pretensiones de tener grandes genios, se busca graduar abogados, ingenieros, médicos, entre otros, pero con las habilidades y competencias necesarias, así como también el espectro de la educación virtual, la cual forma a un magister o doctor, desde cualquier lugar del mundo.

En conclusión, la educación que tenemos actualmente es arterioclerótica, lenta, artrítica, sin flexibilidad en sus articulaciones.

En los próximos días, les invitamos a ver la segunda parte de la entrevista con Francisco Cajiao sobre el dolor de cabeza de las Universidades Públicas en Colombia.