“Las prácticas me confrontan con el mundo real”
De esta forma se expresa Reinel Quiroga, estudiante de Zootecnia de Fusagasugá y quien vive esta experiencia, trabajando en la Unidad Agroambiental La Esperanza.
Por: Juan Carlos Monzón. Oficina Asesora de Comunicaciones
Y es que para la UCundinamarca y su Modelo Educativo Digital Transmoderno, MEDIT esta parte del proceso de formación atiende a la resolución de problemas en donde la planeación, la socialización previa del contenido a desarrollar, la interacción tecnológica, la participación y el trabajo colaborativo, logran el aprendizaje esperado con el apoyo y colaboración del gestor del conocimiento y del aprendizaje.
Es así, como todas las mañanas, este joven de 25 años que va en noveno semestre, se viste con su overol verde y toma un bus que lo lleva rumbo a la Unidad Agroambiental La Esperanza. Allí llega directo a su casillero y saca sus botas de plástico negras, se las calza y queda listo para lo que será una larga jornada en donde la palabra conocimiento, toma forma en medio del mugido de las vacas, el balado de las ovejas y el gruñido de los cerdos, entre otras especies. “En mi caso tengo a mi cargo el sistema de producción de las ovejas u ovinocultura, como se le conoce técnicamente. Yo trabajo con dos razas: Dorper y Kathadin”.
Y es que en ese espacio, el aula trascendió a una unidad agroambiental en la cual este joven pone sus cinco sentidos en alerta ante las indicaciones que todos los días le da el docente, quien guía su proceso de aprendizaje. “Debo llevar a cabo la evaluación del protocolo de sincronización ovshine en las hembras, con el fin de aplicarles unas hormonas, y así saber con exactitud, cuando son sus celos. Este procedimiento hace parte de un trabajo final que debo entregar. En esta dinámica, la universidad me facilita el ecógrafo, las mangas y todos los instrumentos para hacer los chequeos reproductivos”, comenta entusiasmado.
Gracias a esta práctica, este joven ha ido absorbiendo conocimientos en largas jornadas de 7:30 am a 4:30 pm y en donde ha aprendido del comportamiento animal y la alimentación, entre otros temas. “Siempre hago una ronda observándolos con mucho cuidado y evaluando que se encuentren en buenas condiciones y expresando sus comportamientos habituales; es decir, que no haya alguno que esté enfermo. Después procedo a la limpieza de los comederos y a alimentarlos. Es un trabajo muy interesante de hacer. Cuando termino pronto, voy a apoyar a mis otros compañeros en sus sistemas de producción, como por ejemplo, el de apicultura, por eso estoy agradecido con esta práctica que me ha confrontado con el mundo real”.
Sobre su futuro, Reinel es consciente de que esta etapa que irá hasta el 15 de noviembre, le ayudará a entrar en un proceso discernimiento acerca de lo que quiere hacer como zootecnista. “Le he ido cogiendo cariño a este sistema productivo de las ovejas y en algún momento contemplé dedicarme a ese sector, pero me ha gustado más el tema bovinos, en particular me gustaría tener un emprendimiento con los ganados de raza Gyr o Girolando. Ya la universidad me ha dado las bases para volverlo realidad”.
A su universidad que lo formó para la vida, este joven expresa solo palabras de reconocimiento. “Le doy las gracias a la universidad por haberme permitido crecer en cuanto al conocimientos, pues todos los espacios que la universidad me ha brindado en cada semestre, han sido claves en mi formación como profesional”.