Cartilla rescata el patrimonio de Fusagasugá
El trabajo realizado por la estudiante Mayerli Cantor, busca que los niños aprendan el valor histórico que tiene el municipio.
La idea de esta estudiante de Administración de Empresas, cuya monografía fue catalogada como meritoria, nació el día en que visitó un colegio para hacer un taller sobre patrimonio con los niños de tercero de primaria. “Fue entonces cuando me di cuenta que no sabían quién había sido el Cacique Sutagao, ni la historia de la casona Quinta de Balmoral, ni la Hacienda Coloma, entre otros temas”.
Teniendo en cuenta que el Modelo Educativo Digital Transmoderno (MEDIT), busca formar un sujeto libre, que se explique en el otro, forjando su identidad y desarrollo personal y se apropie del contexto local para actuar como persona transhumana que transforma la realidad, esta joven, a partir de esa experiencia, fue que se le ocurrió hacer una cartilla que aportara al sector educativo, como parte de su proyecto de grado. “Empecé a hacer un diagnóstico, tras una encuesta que hice con los niños del Colegio Fundación Manuel Aya. Eso lo complementé después con una investigación histórica y el método de observación. El trabajo lo que busca es fortalecer el sentido de pertenencia a través de nuestro patrimonio, enfocando el trabajo en los niños de tercero, cuarto y quinto grado”.
Así fue que nació Conoce a Fusagasugá. Una cartilla llena de ilustraciones preciosas en donde el protagonista es un perro al que llamó Tito. “Creé en este libro, un modelo pedagógico para que, en la materia de ciencias sociales, los niños pudieran aprender el valor que tiene el himno, el escudo, el por qué se le dice Ciudad Jardín. También el libro se centra en el valor arquitectónico de varios lugares y en lo folclórico, al resaltar ritmos como la rumba criolla, por encima del vallenato o cumbia que decían conocer, y que, si bien son de Colombia, no son propios de nuestra región. Cada uno de los temas va acompañado de animaciones en donde el perro va enseñándoles aspectos desconocidos del municipio”.
Su sueño es que esta cartilla se pueda distribuir en los colegios como material pedagógico. “Ese es mi deseo, ya que tuvo muy buena aceptación en ese colegio por parte de sus directivas y los niños, por eso le entregué un primer ejemplar al rector, y a él le quedó sonando la idea de impulsarla”.
Sobre su futuro profesional, Mayerli la tiene clara. “Me gustaría continuar con esta línea de trabajo, ya que genera un impacto social positivo en las comunidades, al despertarles su sentido de pertenencia a una región, que es un aspecto que me han inculcado en la universidad, a través de su Modelo Educativo Digital Transmoderno (MEDIT)”.
Finalmente, le agradece a la UCundinamarca porque encontró en los gestores del conocimiento -docentes- personas comprometidas. “Siempre me apoyaron con todo lo que requerí sobre la metodología de esta investigación. Por eso les doy las gracias a las profesoras Elizabeth y María Cristina quienes me ayudaron a encaminar mi proyecto con éxito”.
De esta manera la UCundinamarca busca en sus estudiantes cultivar, fortalecer y crear experiencias, usos, signos, costumbres, principios y valores que distinguen espiritual y materialmente a una comunidad universitaria formadora de una persona transhumana.