¿Dónde y cuándo caen los rayos en Fusagasugá?

Este fue el tema de una publicación científica que desarrolló el docente Fernando Díaz, del programa de Ingeniería Electrónica.

Por: Juan Carlos Monzón. Oficina Asesora de Comunicaciones 

Este inquieto investigador se dio a la tarea de dilucidar esta pregunta a través de un artículo al que le puso dicho nombre y que ha sometido a consideración de un jurado para ser publicado en una revista científica. “En este trabajo, logré determinar que la actividad de los rayos allí se presenta en marzo y en octubre, con un mínimo a mitad de año”. 

Pero ahí no termina esta investigación que se desprendió de su tesis doctoral, la cual trata de la fenomenología de los rayos y en la que se metió de lleno, durante siete años, estudiando dicha realidad atmosférica, logrando que fuera aprobada por la Universidad Nacional. “Descubrí que los rayos son mucho más probables que empiecen a caer sobre la tres de la tarde, con un pico hacia las siete de la noche”. 

A la par, esta investigación en concreto, en la que duró trabajándole cinco años, le sirvió para georreferenciar en donde se produce la mayoría de los rayos en la región. “Encontré que el 35% se concentran en dos veredas: Chinauta y el Alto de Canecas, hacia el Boquerón”. 

Y es que es muy común ver en noticias el fallecimiento de personas que fueron alcanzadas por un rayo o ganaderos que han perdido un hato por esa circunstancia, ya que dicha forma de energía puede producir 200.000 amperios y una temperatura de 20.000 grados centígrados. De ahí la importancia de este trabajo. “En mi investigación, por ejemplo, hallé que el Ejército Nacional, pierde dos uniformados cada mes con consecuencia de un relámpago. A eso hay que sumarles el daño a diferentes infraestructuras en distintas partes del país y la muerte de animales, como el ganado bovino o porcino, entre otros.”.  

Por eso esta realidad cobra especial importancia y demuestra que, en la UCundinamarca, el componente de ciencia, tecnología, investigación e innovación está reflejado en productos académicos al servicio del desarrollo social, regional y productivo. “Es un tema que le puede interesar a las personas que manejan la prevención y gestión del riesgo, porque ese fenómeno climatológico afecta las actividades al aire libre en dicha región. Si sabemos cuándo es más probable que este tipo de descargas se den, se puede generar un plan de acción preventivo con el objetivo d estar preparados y evitar consecuencias graves. También sirve para instalar dispositivos que ayuden a mitigarlo”. 

En ese orden de ideas, el docente Fernando tiene ya una publicación en la revista Theoretical and Applied Climatology sobre dicho fenómeno atmosférico, pero en toda Colombia, por eso no duda en dar una serie de recomendaciones cuando de una tormenta eléctrica se trata. “Si usted escucha un rayo, ya está en zona de peligro; razón por la cual, es importante resguardarse lo más rápido posible en una casa. Una vez allí, es clave no usar el teléfono y evitar estar cerca a tomacorrientes, interruptores o llaves de agua, ya que, si cae sobre una vivienda, este busca esos conductos para salir”. 

Así es este hombre inquieto por la ciencia, que al igual en Benjamín Franklin, quedó fascinado con los rayos, al comprobar hacia 1752, con una cometa y una llave atada a su hilo, en medio de una tempestad, que las nubes estaban cargadas de electricidad, lo cual dio origen a que inventara el pararrayos.