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De ingeniera a campeona mundial de fútbol
Graduada hizo historia con la Selección Colombia al ganar el primer Mundial Femenino de Fútbol de Amputados. Su historia es un ejemplo de lucha y pasión.
Por: Alejandro García Suárez – Oficina Asesora de Comunicaciones
El 10 de noviembre de 2024, el fútbol femenino de amputados hizo historia. En el calor de Barranquilla, la Selección Colombia alzó la copa del primer Mundial Femenino de Fútbol de Amputados, y entre ellas, con bastones en mano y una sonrisa imparable, estaba Sandra Milena Ángel Buitrago, una guerrera del deporte y la vida.
Graduada en Ingeniería de Sistemas y Computación en la Seccional Ubaté, Sandra jamás imaginó que su camino la llevaría al fútbol. Hace 20 años perdió una de sus piernas, enfrentando momentos difíciles que pusieron a prueba su fortaleza. Sin embargo, en vez de rendirse, encontró en el deporte una nueva oportunidad.
Un día, en Bogotá, un voluntario de la World Amputee Football Federation (WAF) la vio caminar con agilidad y le preguntó si quería jugar fútbol. “Yo nunca he jugado”, respondió. “Eso es lo de menos, nosotros te enseñamos”, le dijeron. Así empezó su historia en la cancha.
Desde entonces, su vida cambió. Participó en siete microciclos de entrenamiento en ciudades como Tibasosa, Piedecuesta y Medellín, aprendió a dominar el balón con bastones y se convirtió en titular de la selección. En el Mundial, jugó cada uno de los cinco partidos contra Polonia, Brasil, Perú, Kenia y Estados Unidos, enfrentando a equipos con más experiencia y trayectoria.
La final despertó mucha emoción en ella, su familia y el país en general. Tras empatar 1-1 con Estados Unidos, todo se definió en los penales. Con nervios de acero, Colombia venció 2-1 y se coronó campeona mundial. “No daban mucho por nosotras, pero demostramos que con esfuerzo y disciplina se puede lograr lo imposible”, cuenta Sandra, con emoción en la voz.
La Universidad de Cundinamarca jugó un papel importante en su historia. “Cuando llevaba tres meses de amputada, empecé a estudiar y fue un salvavidas. Me ayudó a sentirme útil y a convertirme en la profesional que soy hoy”, recuerda. Además, trabajó durante 12 años en el área administrativa de la institución en la extensión Zipaquirá, donde siempre encontró apoyo para seguir adelante.
Hoy, Sandra inspira con su historia. “Los obstáculos solo existen si los permitimos. Si yo pude, cualquiera puede. Solo hay que soñar en grande, trabajar con disciplina y creer en uno mismo”.
Sandra Ángel no solo es campeona del mundo, es un ejemplo que la verdadera victoria está en no rendirse nunca.