“El voluntariado me abrió la visión a otra realidad”
Así se expresa Nicolás Quiroga, quien vivió esta experiencia que le aportó a su vida profesional y personal como nunca se lo había imaginado.
Por Juan Carlos Monzón-Oficina Asesora de Comunicaciones
“La vida es corta, por eso hay que disfrutarla” es la frase que después de la pandemia se suele escuchar con mucha frecuencia, razón por la que cada vez hay más seres humanos enfocando su vida en torno a esta apuesta. Como institución universitaria la invitación a nuestra comunidad, a través de la Declaración Persona Transhumana es a edificar la vida propia con base en una plataforma que le permita a cada uno ser feliz, amar, vivir bien y lograr el desarrollo personal.
En ese sentido, Nicolás Quiroga, graduado del programa de Ciencias del Deporte y la Educación Física, decidió un día, cuando era estudiante, hacer parte del voluntariado que lidera Interacción Social Universitaria.
“Trabajar en un voluntariado con comunidades necesitadas, es una forma de enriquecer la hoja de vida, ya que puede contar como una experiencia que en muchos casos está relacionada con la formación de la persona. Así mismo, en un proceso de selección, puede pesar a la hora de elegir a un candidato, porque esto le demuestra al reclutador empatía y trabajo en equipo, pero más allá de eso, es ser feliz y hacer feliz a otros”, señala Quiroga.
Y es que a través de un diálogo de saberes y la generación de acciones para la satisfacción de requerimientos de los más necesitados se contribuye al bienestar colectivo ayudando a la construcción de un mejor país. “Esa vez estaba explorando la página web de la universidad y vi lo del voluntariado. Entonces me animé a inscribirme para invertir mi tiempo libre en algo productivo que ayudara a la gente”.
Así, pronto este joven que pertenece a lo que los expertos han llamado la generación de cristal fue enviado a trabajar a la Fundación Somos CaPaZes, una institución que ayuda a desarrollar habilidades en niños y adolescentes vulnerables en el tema de resolución de conflictos. “Básicamente, mi labor consistió en ir a diversas comunidades que se encuentran en Bogotá y desarrollar una propuesta educativa en torno a la resolución de conflictos para dicha población”.
De esta forma se caminó varios barrios del sur de la ciudad en donde en diferentes instituciones educativas hacían jornadas pedagógicas teóricas y prácticas, para generar tejido social. “Les enseñamos a manejar las emociones y cómo resolver las diferencias. Eso lo hice en sesiones pedagógicas en colegios como el Cafam y otros de Soacha. En esas actividades teníamos diferentes roles. Había un conferencista que orientaba, otro que lo asistía y un tercero que observaba. Para lograr nuestro objetivo, con creatividad, generamos distintos contenidos pedagógicos sobre el modelo de resolución de conflictos”.
Pero su choque con la realidad vino en forma de un dibujo que expresaba sentimientos, emociones y rasgos de personalidad. “En una ocasión hicimos un voluntariado por el sector de Transmicable en Ciudad Bolívar. Allá nos recibieron muy bien en un colegio. Ese día trabajamos con niños. Estábamos haciendo una cartografía del barrio en donde se habla de las características del mismo a través del dibujo que ellos hacían. Cuando uno de ellos terminó, le dije que me explicara lo que había hecho. Me dijo: ´profe, dibujé cómo un ladrón roba a una persona y la apuñala´. Me impacto que, con tan solo seis años, ya viviera esa realidad. Al final del evento, los docentes quedaron muy contentos, porque ellos no tienen tiempo para trabajar ese tema y allá se presenta mucha violencia”.
Hoy este joven con tan solo 23 años y que trabaja como entrenador en el centro médico deportivo U-Fit -uno de los más exclusivos de Bogotá-, no duda en recomendar esta experiencia. “Los invito a que se inscriban al voluntariado, porque más que hacer algo adicional a lo académico, siento que este da la posibilidad de crecer en lo profesional, en lo personal y ver otra realidad. Yo hoy pongo en práctica muchas de las herramientas que aprendí, pues esta práctica cambió mi vida, ya que me di cuenta que uno puede ayudar a transformar las de otros”.