Emprendimiento basado en el servicio humanizado

No se requiere estudiar negocios para emprender, se necesita amar lo que se hace. El enfermero Rigoberto Carmona anima a la comunidad a crear empresa.

Por: Juan Carlos Monzón-Oficina Asesora de Comunicaciones 

El compromiso de la Universidad de Cundinamarca no es solo impartir conocimiento en las aulas de clase o fuera ellas, sino formar personas comprometidas con su proyecto de vida y con la capacidad de propender por el mejoramiento de la calidad de vida de quienes los rodean, a través de su formación profesional. Es así como el enfermero Rigoberto Carmona, graduado en el 2007, aunque vio una oportunidad de negocio en la prestación del servicio de salud para la tercera edad, identificó la necesidad de ofrecer un servicio eficiente a través de los hogares geriátricos.  

Recién graduado trabajó en los hospitales de Flandes y Sasaima. Después tuvo sus primeros contactos laborando en varios hogares geriátricos y terminó siendo auditor para la vejez de la Secretaría de Integración Social de Bogotá. “De esta manera, me fui dando cuenta de cómo funcionaban este tipo de establecimientos y que algunos no tenían un manejo adecuado de los adultos mayores. Entonces un día me dije: ¡aquí hay una oportunidad para crear algo diferente!”. 

Por eso se dio a la tarea de buscar un sitio en Guaduas con el fin de desarrollar su idea de un geriátrico con un diferencial claro y el lema: servicios humanizados, bienestar para la vejez. “Encontré una casa en el área campestre, la cual alquilé. La organicé junto a mi esposa que es psicóloga con base en un ambiente muy de hogar en su decoración, a la vez que cumplimos todas las exigencias en materia de salud. También integré, los cuidados de enfermería y brindamos un servicio personalizado a diferencia de otros en donde a todos los adultos mayores se les trata por igual. Es que mi deseo es quitar de la cabeza de las familias, el imaginario de que un geriátrico es un sitio de abandono para el adulto mayor. Por eso quiero que piensen que es un lugar en donde se les da a ellos calidad de vida”. 

Sus inicios no fueron fáciles, pues él no conocía a nadie en esta población. No obstante, la preparación que recibió en la UCundinamarca en donde se trabaja la dimensión del ser desde lo transhumano, junto al buen servicio, le fueron abriendo las puertas de forma lenta, ante una gente que, en un principio, no confiaba en él. “Fue difícil que la comunidad creyera en alguien desconocido. Con el tiempo, esa prevención se fue superando, al llegar la primera persona de 92 años. Ella no controlaba esfínteres, casi no comía, no caminaba y tenía Alzheimer grado dos. Con el trabajo integral que le dimos, a los quince días ya no usaba pañal y poco a poco fueron desapareciendo esos otros problemas de salud. De esta forma se fue corriendo la voz de que trabajábamos con calidad y en un mes, ya teníamos quince adultos mayores que sus familiares pagaban entre $1.600.000 y $1.900.000 mensuales”. 

Ahora que su emprendimiento va por buen camino, esto le ha servido para integrar un equipo de profesionales más grande. “Tenemos tres auxiliares de enfermería en el día, una enfermera de noche, la psicóloga, la fisioterapeuta y la terapista ocupacional. A esto se suman las personas de servicio generales que atienden aseo y cocina”.  

Cuando ve su recorrido profesional en retrospectiva y que pasó de empleado a emprendedor, no duda un momento en recomendar está última alternativa como un proyecto de vida válido, tal y como se lo inculcó la universidad. “¡No tengan miedo a crear empresa! Esta es una decisión acertada, pues uno se convierte en líder y logra, como en mi caso, un reconocimiento en la región. Además, desde la óptica de lo financiero, es más rentable. A mis colegas y estudiantes, les digo que la población de adulto mayor tiende a incrementarse, por lo que ahí hay una oportunidad de trabajo grande. No se centren solo en el área de clínica. Hay otros espacios en los que podemos desempeñarnos con éxito. Miren, yo ya voy a abrir otra sede. Entonces con mi ejemplo tengan claro que los sueños si se hacen realidad”. 

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