UCundinamarca Radio
Graduado dirige al equipo de fútbol Maracaneiros
Se llama Camilo Toro, un estudioso de este deporte a quien una grave lesión, lo obligó a abandonar sus sueños de ser jugador profesional.
Por Juan Carlos Monzón Solórzano - Oficina Asesora de Comunicaciones
Nos lo encontramos preparando el partido que su equipo, que es uno de los principales del futbol aficionado en Bogotá, tendría esa noche en la Copa Trinche, torneo que da al ganador una bolsa de 70 millones de pesos y que patrocinan: Gillete, Gatorade, Compensar y Golty. “Hoy disputamos el último partido de la fase de grupos y vamos de primeros. De ahí pasaremos a la etapa eliminatoria en donde el que pierde, se va para la casa”.
Y es que este hombre, nacido en Manizales y con treinta años, tiene una historia llena de perseverancia y reinvención. “Desde niño, siempre me gustó el fútbol, por eso quería llegar a ser profesional. Trabajé con mucho esfuerzo para lograrlo e integré la segunda división del Once Caldas. Yo jugaba en aquella época en la posición de defensa”.
Este hijo de un militar y una ama de casa, según nos cuenta, pasaba horas entrenando y participando en cuanto torneo había en su ciudad. La idea era que lo fueran reconociendo a sus 17 años como una promesa del futbol, deporte que es lo más parecido a una ruleta en donde se gana o se pierde todo en un instante. “Iba bien en mi carrera deportiva hasta el día que tuve un partido en donde al entrar en disputa por un balón, mi adversario entró con los guayos arriba y me golpeó la pierna. El dolor fue fuerte. En principio pensé que me había afectado la rodilla. Me llevaron de urgencia al médico, me tomaron radiografías y dictaminaron que tenía el fémur partido en tres partes”.
Al ver la gravedad de la lesión, de una lo iban a meter en el quirófano, “sin embargo al final, optaron por ponerme un yeso desde la parte de arriba de la pierna, hasta el pie. Así duré tres meses, al cabo de los cuales, salí directico a fisioterapia en donde me tocó de nuevo aprender a caminar, ya que perdí fuerza y movilidad. Fueron en total seis meses de una dura recuperación”.
Así, en convalecencia, terminó su bachillerato y salió directo a Bogotá a replantearse su vida. Ya el sueño de ser futbolista se había transformado en una quimera. “Quise retornar, pero ya había perdido forma física y recuperarla no es tan sencillo. Para esa época, conocí al profesor Freddy Amazo quien había sido preparador físico de varias selecciones Colombia y director técnico. Fue él quien me recomendó que me inscribiera en la UCundinamarca y estudiara Ciencias del Deporte y la Educación Física”, nos dice con un tono lleno de nostalgia.
De esta manera, entró a la UCundinamarca, una institución que forma para la vida, desde varias dimensiones, entre ellas, la deportiva. “Me inscribí y me aceptaron. Al poco tiempo, estaba becado por representar a la universidad jugando fútbol en los diferentes campeonatos. Fue una época muy bonita la que viví en la sede Soacha en donde tuve excelentes profesores y compañeros”.
Se graduó, y como deseaba, según nos cuenta, “seguir en el mundo del fútbol”, este hombre vio en la dirección técnica, un proyecto de vida que le daría un vuelco a su panorama laboral. “Yo me gradué en el 2016 y estuve entrenando a equipos en la liga de Bogotá y otros clubes. Fue cuando decidí primero sacar mis licencias para ser director técnico, las cuales son avaladas por la Federación Colombiana de Fútbol, la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) y la FIFA para desempeñar el trabajo de técnico en cualquier parte del mundo. Son unos cursos muy exigentes. Primero saque la C para dirigir categorías infantiles y luego la A para equipos sub-20”.
Ese deseo por trascender gracias a la formación para la vida inculcada por la UCundinamarca, lo llevó un día a pasar una hoja de vida a uno de los principales clubes aficionados de la capital: el Maracaneiros, fundado en la década del ochenta y semillero de jugadores como Fabián Vargas quien jugó en el América de Cali, en el Boca Juniors y la Selección Colombia. “Allí vieron mi recorrido y estudio y de una vez me contrataron. Me ha ido muy bien. El año pasado llegamos a semifinales y nos eliminó en el torneo el Fortaleza Fútbol Club”.
Y como dijo el Cholo Simeone, uno de los mejores técnicos de la Liga española: en el fútbol como en la vida, no hay revanchas, solo nuevas oportunidades y eso es lo que hoy lo tiene de nuevo peleando por ser campeón del torneo. “Deseo serlo y para eso nos hemos preparado. Quiera Dios que se nos den las cosas” nos comenta.
Así dejamos a este director técnico o “profe” como le dicen algunos de sus jugadores, mientras prepara la estrategia y la táctica para el partido que se viene, pero antes, aprovechamos para preguntarle por su máximo sueño. “Me gustaría poder dirigir en el fútbol profesional colombiano o en un equipo de buen nivel en el exterior”.