Graduada ganó premio a mejor docente de la URosario
De muy niña, a Jenny Alejandra Cubillos, su padre en Fusagasugá la llevaba a practicar tenis de mesa, sin saber que esta disciplina deportiva, cambiaría su vida.
Esta graduada de la Universidad de Cundinamarca a través de su labor como entrenadora deportiva ha inspirado a sus estudiantes a salir del camino de la drogadicción y a aprovechar mejor el tiempo libre. La disciplina y la pasión han llevado a Alejandra Cubillos a ser merecedora de este premio como la mejor docente. Aquí les contamos su historia.
Hoy, esta mujer con 35 años de edad y graduada del programa de Ciencias del Deporte y la Educación Física de la extensión Soacha, fue escogida en la categoría de mejor docente innovador en la Universidad del Rosario en donde labora.
“Cuando era niña, mi papá que siempre ha sido deportista, nos metió a una escuela de formación en Fusagasugá. Allí junto con mi hermana y hermano, empezamos a aprender tenis de mesa y con ellos empezamos a ganar muchos campeonatos”.
Así, cuando terminó su bachillerato, decidió entrar a estudiar Ciencias del Deporte y la Educación Física y escogió a la UCundinamarca ya que la institución promueve la formación deportiva como parte de su proyecto educativo. “Fue una buena elección ya que me becaron por ser deportista y representar a la institución, con lo cual, de paso, ayudaba a la economía de mi casa, pues mis padres nos sostenían con un modesto negocio de una remontadora de calzado llamada Leo. Era un poco pesado todo, ya que me tocaba siempre viajar desde Fusagasugá hasta Soacha, en un viaje de dos horas, porque no había en esa época doble calzada que hay ahora”.
Pronto, terminó su carrera, y aunque el énfasis que escogió era la natación, pues según propias palabras no se “veía viviendo del tenis de mesa” el destino terminó por ponerla en el lugar más insospechado. Su carrera laboral inició con el SENA, pero en Antioquia en pleno Urabá, zona bananera con 35 grados centígrados y mucha humedad. “Duré dos años allá. Viví en Arboletes, Turbo, Apartadó, trabajando como instructora de la tecnología de Entrenamiento Deportivo. Después me devolví para Fusagasugá a trabajar en un club de natación”.
Un día, un amigo le dijo que estaban requiriendo un entrenador de tenis de mesa en Compensar y no natación que era en lo que había hecho énfasis en su pregrado, pero su formación para la vida en donde el estudiante busca transformar la sociedad con conocimiento relevante y pertinente que le dio la UCundinamarca, le permitió asumir ese reto, “me presenté, pasé todas las pruebas y quedé escogida. A la par de eso, también me salieron trabajos en la UCundinamarca en Soacha y Fusagasugá y la Universidad La Gran Colombia”.
Este deporte al que ella no le gusta que le llamen ping pong porque lo baja a una categoría inferior en la mente de la gente seguía gravitando en su vida profesional. Un día vio el portal de El Empleo.com que la Universidad del Rosario requería un docente de esta disciplina. La llamaron a entrevista. Una mañana asistió con la mejor actitud, “cuando estaba en la sala lista para entrar, vi salir al que había sido mi profesor de entrenamiento deportivo, un cubano que es un duro en tenis de mesa. Toda una eminencia. Yo pensé: acá no tengo nada que hacer, las oportunidades son cero”.
Así, pronto escuchó su nombre para entrar al proceso de selección. “Me recibió el que ahora es mi jefe y le dije que estaba triste. Él me comentó ´¿por qué?´ Es que acabo de ver que usted entrevistó al que fue mi profesor, ya no tengo opción. A lo que me respondió: ´no te preocupes, hagamos la entrevista´. A la semana ya me estaban llamando para firmar contrato. No lo podía creer”.
Pilosa como la que más, pronto le dijeron en la decanatura del medio universitario para la cual trabajaba que estructurara un programa. De esta forma nació la electiva Del Ping Pong al Tenis de Mesa. “Fue un éxito, ya que en menos de nada se llenaron los cupos. Siempre mis estudiantes me han calificado al final del semestre con 4,9 y yo también al final les pido que hagan una autoevaluación y me la envíen. Me he encontrado con comentarios como: ´su materia me ha ayudado a salir de las drogas´ o ´el tenis de mesa fue uno de los factores que sirvieron para superar la depresión´. Para mí, eso ha sido muygratificante”.
Toda esa entrega a su trabajo que es producto de una formación en valores y disciplina impartida por UCundinamarca, le sirvió para que los estudiantes de la Universidad del Rosario la postularan a los Premios a la Trayectoria Docente en dos categorías: docente inspirador y docente innovador. “El concurso dura medio año y son varias fases. La primera, ser nominado. Luego se acerca un par académicos externos que le hace a uno un seguimiento al trabajo realizado. Después uno debe crear un portafolio virtual en donde están las experiencias desarrolladas y porque uno cree que es innovador e inspirador. Luego les hicieron entrevistas a mis estudiantes. Al final pude superar todas las etapas con la categoría docente innovador, teniendo en cuenta que se presentaron ciento sesenta y cuatro profesores, ya en la final, quedamos solo cinco”.
Pero esta mujer de nuevo se vio asaltada por el escepticismo. Si, ese mismo que la llenó de dudas cuando hizo el proceso de selección para ingresar a la Universidad del Rosario. “Llegó el día de la premiación y yo le había dicho a un compañero que no creía que me lo fuera a ganar. Imagínese que estaba compitiendo con docentes de derecho que habían sido magistrados y otros de igual renombre. Cuando en el auditorio dijeron y ´el premio al mejor docente innovador es para…Jenny Alejandra Cubillos´. Fue increíble. Me dieron un bonito diploma y una gruesa suma de dinero. Ese día aprendí que no debo ser escéptica y que debo creerme que me merezco lo mejor gracias a la pasión que le pongo a mi trabajo y a la formación recibida en la UCundinamarca”.