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Samafra, empresa con alma verde y corazón social
Lizeth Benavides, graduada de la seccional Ubaté lidera Samafra, un emprendimiento que une sostenibilidad, impacto social y economía circular.
Por: Carolina Rojas - Oficina Asesora de Comunicaciones
Desde las aulas universitarias hasta el corazón del emprendimiento sostenible, Lizeth Benavides, graduada del programa de Administración de Empresas ha construido un camino que combina compromiso ambiental, conciencia social y liderazgo femenino. Ella es la fundadora de Samafra, una iniciativa que transforma residuos en oportunidades para comunidades vulnerables y reduce activamente la huella de carbono y textil en la región.
Desde sexto semestre de su carrera universitaria, Lizeth tuvo claro que su propósito debía estar alineado con el cuidado del medio ambiente. Todos sus proyectos académicos giraron en torno al ecoturismo, el desarrollo sostenible y el impacto social, recibiendo un respaldo constante de sus docentes. Fue ese enfoque el que marcó la ruta de lo que más adelante sería su vocación y su empresa.
“Mi trabajo en el sector público me permitió ver muchas realidades y necesidades sociales. Más adelante, al entrar al sector ambiental y minero, identifiqué oportunidades para generar ingresos mientras se contribuía con el planeta. Ahí fue cuando dije: ‘por aquí es’”, cuenta Lizeth con una sonrisa.
Samafra: una acción con impacto
La pandemia fue el punto de quiebre. En 2020, Lizeth renunció a su trabajo en la Función Pública para asumir nuevos retos en el sector ambiental, donde conoció a personas clave con las que más adelante fundaría Samafra. La iniciativa nació como una acción sin ánimo de lucro, pero con visión de sostenibilidad económica.
El objetivo principal de Samafra es reducir la huella de carbono y la huella textil mediante procesos de economía circular. Recolectan botellas PET, ropa en desuso y otros materiales reciclables para transformarlos en productos útiles o artesanales. Su impacto es medible: por ejemplo, una familia promedio genera entre 20 y 25 botellas PET al mes; Samafra recolecta y reutiliza miles de estas al año.
Además, han logrado reunir semanalmente entre 60 y 70 kg de ropa, que, en lugar de terminar en vertederos, se destinan a hogares de ancianos y comunidades vulnerables de la región. “Una prenda debe usarse entre 100 y 150 veces. Cambiar esa mentalidad de consumo es clave para reducir la contaminación textil”, enfatiza Lizeth.
El trabajo de Samafra va más allá de la recolección de residuos. Lizeth ha tejido alianzas con instituciones educativas como el Instituto Técnico de Capellanía, que les dona cuadernos usados para convertirlos en papel artesanal, evitando su incineración o envío a rellenos sanitarios. También colaboran con viveros, asociaciones de mujeres cabeza de hogar y jardines infantiles de Ubaté.
“La Universidad ha sido un respaldo enorme. No me gradué y me desligué; al contrario, siento que todavía estoy conectada. Nos han apoyado con campañas, asesorías legales y contables desde los programas de pregrado en Contaduría y Administración. Eso ha sido fundamental”, resalta.
Como toda emprendedora, Lizeth ha enfrentado obstáculos. Uno de los mayores ha sido el tema legal: cambios en estatutos, registro en Cámara de Comercio y adaptación de códigos de actividad económica. También ha vivido la rotación de socios, ya que muchos de los fundadores originales han seguido otros caminos profesionales.
“A veces hay que asumir costos y responsabilidades que uno no prevé. Pero si uno no se arriesga, no avanza. Lo más difícil no ha sido el dinero, ha sido mantenerse firme en la idea. Y ahí, la Universidad otra vez ha estado para tender la mano”.
Inspirar desde la acción
Su mensaje para los futuros emprendedores es directo y motivador:
“Háganlo. Así no tengan plata. Lo peor de no hacer es no arriesgarse. Todas las grandes marcas empezaron desde abajo. Yo solo tenía una idea, pero me mantuve constante. Ahora puedo decir que lo hice, y que lo estoy haciendo”.
Samafra ha sido reconocida por el Concejo Municipal como una iniciativa de liderazgo ambiental. Además, ha sido apoyada por organizaciones como Fedecarbón y fundaciones de alcance nacional por su enfoque en sostenibilidad.
Lizeth Benavides es hoy una referente del emprendimiento con propósito. Su historia demuestra que, con convicción, formación académica y un firme deseo de impactar positivamente el entorno, es posible crear empresas que transforman realidades.