UCundinamarca asesora campesinos en lombricultura
La presencia de moscas y la contaminación de fuentes hídricas en el Valle de Ubaté dio inicio a este proyecto que busca preservar el medio ambiente.
Por: Juan Carlos Monzón - Oficina Asesora de Comunicaciones
Son cien personas de diez sectores los que están siendo beneficiados con esta técnica que persigue que los residuos orgánicos sean aprovechados para la producción del humus que es el mejor abono para las plantas. “La idea nace de un convenio con Emservilla que es la empresa de aguas del pueblo, la Oficina de Desarrollo Sustentable de la alcaldía y nosotros como universidad y consiste en capacitarlos para que construyan sus lombricomposteras con lombrices californianas que les regalamos”, comenta Camila Arévalo, gestora Unidad Agroambiental El Tibar del Programa de Zootecnia.
El convenio que empezó en agosto con los primeros acercamientos a la comunidad tiene varias etapas. “Son tres fases. En la primera realizamos una socialización en esos sectores sobre la importancia de la recolección de los residuos orgánicos. En la segunda les enseñamos a armar las lombricomposteras, una por vereda, para que la comunidad del entorno dispusiera allí esos residuos. También brindamos capacitación sobre su mantenimiento. La fase tres que entraremos a finales de octubre es la de seguimiento y servirá para supervisar si están haciendo las cosas correctamente”.
El éxito ha sido enorme y de eso da fe Francy Rocío Ramos Villamil, campesina de la vereda Apartedero sector las brisas, una mujer recia a quien nos encontramos dándole de comer a los cerdos. “Le agradezco a la universidad que me enseñó cómo hacer y cuidar una lombricompostera. Yo ya había tenido eso acá en la finca, pero resulta que unas se me murieron porque las tapé y las deje sin buena ventilación y otras les puse cascara de naranja y sucede que no se le debe agregar ningún cítrico. ¡Estaba haciendo todo mal!” comenta con algo de vergüenza.
Pero ahí no termina todo, esta mujer campesina piensa usar parte del humus que producen las lombrices en una parcela que tiene en Boyacá. “Mi marido cultiva allá café y este abono es perfecto, porque no es un químico ni nada por el estilo que daña el medio ambiente”.
Entonces interrumpe Camila y resalta que lo importante de esto es que les quede el mensaje del cuidado de los ecosistemas. “Queremos que con esto disminuya la contaminación, por eso también les daremos una cartilla sobre esta técnica para que la socialicen”, afirmó.
Finalmente, esta sencilla mujer no tiene sino palabras de agradecimiento para la universidad. “Es que además de esto, nos han enseñado mucho el tema de castración, vacas embarazadas, purgas y vacunación. Nos faltaba conocimiento, teníamos las ganas, pero eso no era suficiente”.
De esta forma la UCundinamarca trabaja en procesos de proyección social que benefician y mejoran las condiciones de vida de los entornos en donde la institución hace presencia.