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Balance de la Conferencia Mundial de Educación Superior 2022
Finalizó la III Conferencia Mundial de Educación Superior con amplia participación colombiana y un llamado a que la Universidad cambie y aporte a la sociedad.
“El cambio urgente es un imperativo ético”, concluyó la UNESCO.
A manera de contexto, El Observatorio de la Universidad Colombiana presenta un resumen de los principales hechos y la participación colombiana en la Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, o WHEC, por sus siglas en inglés). Para ello se presentará:
- El contexto
- Los mensajes
- La presencia de Colombia
- Documentos de interés
1) El contexto
La tercera WHEC se hizo 13 años después de la segunda, realizada en París. Inicialmente era para 2019-2020, pero la pandemia y otros temas de organización de la Unesco en las regiones obligó a aplazarla hasta ahora, y no en París, sino en Barcelona -España. Uno de esos cambios fue el del director regional de IESALC (la salida del chileno Pedro Henríquez Guajardo y la llegada del barcelonés Francesc Pedró).
Con miras a esta Conferencia, América Latina y el Caribe realizó, en 2.018, en Córdoba Argentina, la Conferencia Regional de Educación SuperiorCRES, cuyos debates fueron muy ideológicos y, claro, ajenos al contexto que traería la pandemia (inimaginada entonces).
En Córdoba se dio una fuerte influencia de las universidades públicas del Grupo de Montevideo, y su insistencia en temas de la exigencia de la educación como un derecho, la mirada del Estado a poblaciones necesitadas y la mínima mirada a temas como los de virtualidad. Su ideologización llevó, inclusive, a la demora en la oficialización de la declaración final.
– Iesalc y algunos rectores se comprometen a dar vida a propuestas de la CRES 2018 (marzo 2019)
Por ello mismo, gran parte de los debates de Córdoba difieren significativamente de la realidad y apertura de la universidad y, en general, de la educación superior postpandemia.
Barcelona, por su parte, fue la reunión de voceros de todas las regiones del mundo, de lobby académico, de presentación de múltiples posiciones y ponencias y de una agenda propuesta desde antes del encuentro, marcada por la realidad de la pandemia, la tecnología, la masificación de la matrícula en el mundo, las diferentes ofertas de educación no univesitaria y el compromiso de la educación superior con los ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los ODS sugieron en 2015, cuando los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas (entre ellos Colombia) los aprobaron por unanimidad como un marco de compromisos políticos para acabar con la pobreza en 2030 y lograr un futuro sostenible, lo que significa superar la pobreza y la igualdad, y construir sociedades seguras y cohesionadas y cuidar el planeta.
Según el reporte de Unesco, en los tres días de la Conferencia (18 a 20 de mayo), participaron 1.800 personas, de 130 países, en 120 mesas redondas, 86 charlas, 5 actividades dirigidas por jóvenes y las presentaciones de diversos grupos de expertos y documentos (ver algunos al final de este informe).
Las mesas redondas sirvieron para que académicos de todo el mundo pudieran tener algunos minutos de exposición de sus estudios, problemáticas y propuestas, en los temas “core” del sector: Acceso, calidad, movilidad, financiamiento, internacionalización, virtualidad, pedagogía, evaluación, investigación, prospectiva…
2) Los mensajes
Uno de los momentos más esperados correspondió a la clausura de la Conferencia, que realizó Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO (foto), para identificar la línea que se adoptará en adelante en temas de políticas públicas en educación superior a nivel global, aunque estas no se vuelvan obligatorias para los países, salvo se conviertan en tendencias irreversibles.
En Colombia, por ejemplo, además de no haber oficializado una posición o tema único y definido por el sector, tampoco es claro de qué manera lo que sale de Barcelona será adoptado, en este caso, por un aún desconocido nuevo gobierno..
A diferencia de las Conferencias tradicionales, en las que se acostumbra a leer una declaración final, aquí eso no se hizo, posiblemente, por experiencias previas, dificultades para lograr el consenso, poco tiempo para su construcción, y posiciones políticas o críticas de algunos, entre asistentes o gobiernos.
En cambio, lo que Unesco presentó fue una hoja de ruta para la Educación Superior para la próxima década, denominada “Más allá de los límites. Nuevas formas de reinventar la educación superior”, que constituye una propuesta, que se espera tener madurada en la reunión de coordinación del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS4 en noviembre, de la agenda 2030, y que se refiere a la Educación de Calidad. Clic para descargar el documento, construido con aportes del Informe del Grupo Mundial de Expertos Independientes de la UNESCO sobre las Universidades y la Agenda 2030 (EGU2030), y el Informe de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación.
Se espera que la universidad tenga presentes las “amenazas” para el planeta como, por ejemplo, el cambio climático, la persistencia de los conflictos armados, el aumento de la pobreza, las desigualdades económicas, y el declive general de la democracia.
Giannini explicó el concepto de dicha hoja de ruta como un documento vivo que genera una visión: “Es una invitación a seguir intercambiando y dando forma a ideas, adaptándolas a diferentes contextos, guiados por principios éticos compartidos. Establece indicadores para la creación conjunta de sistemas de educación superior más abiertos, inclusivos, equitativos y colaborativos”.
Esta visión se traduce, para la Unesco en la necesidad de un cambio de mentalidad; así:
- De considerar la educación superior como algo elitista, discriminatorio y, en ocasiones, ajeno a sus tareas públicas, a hacer posible el derecho de las personas a ésta, mediante un acceso equitativo, financiado y sostenible.
- De un enfoque restrictivo en la formación disciplinaria o profesional a una experiencia de aprendizaje
integral del estudiante. - De los silos disciplinarios a la inter y transdisciplinariedad, el diálogo abierto y la colaboración activa entre
diversas perspectivas. - De asumir que la educación superior viene inmediatamente después de la educación secundaria a un enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida destinado a atender las diversas necesidades educativas de jóvenes y adultos.
- De un archipiélago jerárquico y débilmente conectado de instituciones y programas a un sistema integrado con diversidad de programas y vías de aprendizaje flexibles que los conecten para ampliar las oportunidades educativas de jóvenes y adultos y evitar los callejones sin salida.
- De un modelo industrial de escolarización a experiencias de aprendizaje pedagógicamente informadas y
tecnológicamente enriquecidas en las que los estudiantes gestionan sus propios itinerarios de aprendizaje.
En la hoja de ruta se invita a los sistemas de educación superior a construir puentes y promover asociaciones que pongan la sostenibilidad en el centro y utilicen la tecnología de manera inclusiva y creativa.
En esta ocasión si bien se habló, nuevamente de la educación superior como un bien público y un derecho universal para todos y no para unos pocos, que sea parte integral del derecho a la educación, auncuando este enfoque no tuvo el protagonismo de las anteriores conferencias. En cambio, hubo una mirada más social, geopolítica, estratégica y cultural de la educación superior, que debe hacer frente a los desafíos globales (pandemias, crisis climática, polarización política, desigualdades crecientes) y su dinámica: expansión masiva, aumento de la movilidad, financiación y el papel de la tecnología.
Se ratificó que la educación superior debe promover una mayor inclusión y diversidad; asimismo, que requiere libertad académica y desarrollar habilidades creativas para abordar los desafíos globales para servir a la sociedad.
Giannini aplaudió la ratificación de Suecia de la Convención Global sobre el Reconocimiento de Cualificaciones en Educación Superior e hizo un llamado a los Estados miembros para que se unan a este instrumento que apoya la calidad, la inclusión y la cooperación. Una tarea aún pendiente (muy pendiente) en América Latina.
La idea de la UNESCO es celebrar un Foro de Educación Superior, en 2027, a manera de seguimiento de la hoja de ruta, y en 2030, definir los objetivos y las metas de la Educación Superior teniendo en cuenta el futuro de la educación y los objetivos del año 2050. Asimismo, en 2032, celebrar la 4th Conferencia Mundial de Educación Superior (WHEC2032).
3) La presencia de Colombia
Aunque se suponía que cada país tenía derecho a sólo cuatro participantes (por efectos de logística y control), sorpresivamente Colombia tuvo una significativa presencia (cerca de 20 personas), especialmente de rectores. Algunos de ellos programados con la organización directamente por parte del Ministerio de Educación y otro buen número que logró su participación presencial de forma directa o a través de diversas organizaciones internacionales de educación.
Por el gobierno estuvieron los ministros de Educación (María Victoria Angulo, curiosamente sin la presencia del Viceministro de Educación Superior, y con presencia del subdirector de Desarrollo Sectorial, Wilfer Orlando Valero Quintero) y el ministro de Ciencia y Tecnología (Tito Crissién, acompañado por su viceministro Nelson Orozco).
Germán Anzola Montero, de UDCA.
- John Jairo Arboleda, de la Universidad de Antioquia
- Raquel Bernal, de Uniandes
- Martha Castellanos, vicerrectora académica de Areandina
- Harold Castilla Devoz, de Uniminuto
- José Consuegra Bolívar, de Unisimón, con su vicerrectora académica
- José Alejandro Cheyne García, del Rosario
- José Fernando Echeverry, de Uniquindío, con su vicerrector
- Jaime Alberto Leal Afanador, de la UNAD
- Carlos Felipe Londoño Alvarez, rector saliente de la Universidad EIA
- Dolly Montoya Castaño, de la Nacional de Colombia
- Luis David Prieto, vicerrector académico de la Javeriana
- Alfonso Reyes Alvarado, de Unibagué
- Maritza Rondón Rangel, de la Cooperativa de Colombia, con su vicerrectora
- Pablo Vera Salazar, de Unimagdalena
Adicionalmente, se vio la presencia de:
- Óscar Domínguez, director ejecutivo de Ascun
- Juan Guillermo Hoyos, secretario general de Ascun
- Carlos Hernando Forero, exdirector ejecutivo de Ascun
- RosaElena Mosquera Palacio, representante de los estudiantes en el CESU
Tal y como lo había informado El Observatorio de la Universidad Colombiana, la presencia colombiana no iba determinada por un análisis, discusión y toma de posición nacional frente a los retos de la educación superior. En últimas, cada participante fue a escuchar, algunos a firmar alianzas y definir contactos para sus IES y organizaciones, y en adelante -por ahora- se desconoce si este gobierno (ya casi de salida) o actores claves como el CESU o ASCUN, entre otros, se animen a realizar una convocatoria nacional para evaluar las políticas públicas a la luz de los derroteros que se plantearon finalmente en la Conferencia.
De los asistentes nombrados, algunos rectores, así como los funcionarios del gobierno, ya no contarán en dicho ejercicio.
Los ministros, cada uno por su lado, participaron en mesas redondas. Crissien habló sobre el análisis cienciométrico del estado de las publicaciones en Latinoamérica (ver la reseña de Minciencias al respecto); mientras que la ministra Angulo mostró el “balance” de su gestión, en áreas como la Política de Gratuidad y la importancia del Aseguramiento de la Calidad (ver la reseña de Mineducación al respecto).
4) Documentos de interés
En https://whec2022.net/resources.php se puede hallar la base de datos de documentos aportados por participantes en la WCEH, así como videos y buenas prácticas (entre ellas algunas de universidades colombianas) y reportes del estado de la educación superior en varios países (no aparece uno de Colombia).
Información relacionada: Mensajes de la WHEC, un llamado de atención para que Ed. Sup. colombiana se “pellizque”.
Fuente: El observatorio de la Universidad Colombiana