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¿Hacer examen de admisión en la U. Pública?: Pros y contras
Para unos el examen de admisión no evalúa adecuadamente las habilidades de los estudiantes, mientras que otros opinan que este permite mantener la competitividad.
En Perú, el aspirante presidencial Pedro Castillo ha anunciado que, en caso de ser elegido, el ingreso a las universidades será libre.
El diario El Comercio de ese país, muestra la posición a favor y en contra de esta iniciativa, de parte de dos expertos en el tema: Juan Antonio Trelles, analista de políticas públicas y regulación educativa, y la socióloga Luciana Reátegui.
En el siguiente cuadro presentamos los argumentos de cada posición:
SI al ingreso libre y sin examen
Argumentos de Juan Antonio Trelles |
NO al ingreso libre y sin examen
Argumentos de Luciana Reátegui |
“Un ingreso indiscriminado y libre no será sostenible ni financiera ni académicamente”.¿Por qué es importante evaluar antes de ingresar a la universidad? Porque resulta vital identificar en el postulante las competencias y conocimientos previos que necesitará en función al perfil de egreso de cada carrera en cada universidad. Esta medida es una variable que tiene alta incidencia en la permanencia y el éxito del estudiante para llegar a ser profesional. El examen de ingreso proporciona, a través de sus resultados, indicadores respecto a la mejora o deterioro del aprendizaje en la educación básica. Esto permite no solo la identificación de brechas en ese proceso, sino en el cambio de los contenidos a evaluar en cada ingreso y, por supuesto, la adecuación de los programas de estudios, especialmente en los Estudios Generales, para revertir las diferencias y nivelar estudiantes, compensando las debilidades del sistema educativo. Un examen de ingreso se hace necesario porque las universidades no tienen la garantía de que el sistema educativo, en su nivel básico, haya alcanzado efectivamente los logros de aprendizaje necesarios en cada estudiante para incorporarse a la formación superior. De este modo, una educación básica dispar y heterogénea, en función al cumplimiento de resultados y con escasos criterios e indicadores de calidad estandarizados, abona aún más en la necesidad de mantener el examen. Respecto a las universidades públicas, un ingreso indiscriminado y libre no será sostenible ni financiera ni académicamente. Una medida como esta podría contravenir la autonomía académica respecto a los conocimientos que cada universidad puede exigir, y afectará el presupuesto nacional, la selectividad como criterio de calidad y la razonabilidad de la política educativa. |
“Restringir el ingreso no se traduce necesariamente en una mayor calidad educativa”.El debate sobre el ingreso irrestricto a la universidad se sitúa en un clásico antagonismo educativo entre equidad o calidad, o entre la educación como derecho o la educación como privilegio. Las miradas a favor de los exámenes de admisión argumentan que los procesos de selección promueven la excelencia académica y premian el mérito estudiantil. Bajo esta lógica, se asume que los estudiantes enfrentan el examen de admisión en igualdad de condiciones y que, fruto del esfuerzo individual, logran acceder a la universidad. Esta premisa, sin embargo, no es del todo cierta. Los estudiantes enfrentan desafíos y cuentan con soportes sumamente desiguales en su tránsito hacia la educación superior. Entre ellos, por ejemplo, la posibilidad de acceder a un proceso de nivelación por medio de una academia preuniversitaria o contar con espacios de estudio, libros y tiempo para la lectura en sus hogares. Los exámenes de ingreso no garantizan la excelencia académica. Todas nuestras universidades cuentan con procesos de admisión y no por ello su calidad resulta evidente. En contraparte, la Universidad de Buenos Aires (UBA), la cual cuenta con ingreso libre, es una de las universidades mejor posicionadas en los rankings internacionales. Es decir, restringir el ingreso no se traduce necesariamente en una mayor calidad educativa. Implementar el ingreso irrestricto a secas tampoco es antídoto para revertir la desigualdad, poner en agenda este tema es necesario para pensar en cómo reestructurar un sistema educativo superior que actualmente restringe –y excluye– el acceso a muchos jóvenes motivados a seguir estudios superiores, y que podrían encontrar en la universidad un espacio para ello. |
Información adaptada del informe titulado “Cara y sello: ¿El ingreso a las universidades debería estar exento de examen de admisión?”, publicado por el diario El Comercio, de Perú.