Graduada fue la guía de invidente en el Ironman
Se llama Sofía Vera, y acompañó a Alberto Carrillo en esta prueba de triatlón, ocupando el primer puesto en su categoría.
Por: Juan Carlos Monzón Solórzano, Oficina Asesora de Comunicaciones
Sofía Vera estudió Ciencias del Deporte y la Educación Física, y agradece a la Universidad de Cundinamarca por la preparación y el entrenamiento que recibió por parte de sus docentes, quienes no solo le dieron herramientas para ser una buena profesional sino para triunfar.
Esta competencia daba puntos para estar en el Ironman de Hawaii que es la prueba más difícil del mundo en esta modalidad. En el caso de Cartagena, el evento estuvo compuesto por un recorrido en aguas abiertas de 1,9 kilómetros, 90 kilómetros en bicicleta y 21 en atletismo. La actividad empezó a las 6:00 am y tuvo la participación de 2.100 personas de Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Canadá, entre otros.
La historia de este exitoso binomio, que, contra todo pronóstico, logró llegar a la meta con un tiempo de 6 horas, 47 minutos, inferior al promedio de la mayoría que fue de 7 horas, está ligado a la casualidad, como nos lo comenta Sofía, una joven que se graduó en el 2021 como profesional en ciencias del deporte y la educación física de Soacha. “Yo trabajo en un club privado de triatlón. Allí soy entrenadora, y pude conocer a Alberto, a quien le di clases de natación y orienté su carga de entrenamiento en dicha disciplina”.
Alberto, quien se hace llamar en instagram @ciegovisionario y tiene alrededor de 5 mil seguidores, un día la invitó a que participará en el Ironman de Cartagena, que para este año, tenía el lema: cualquier cosa es posible. “La organización antes permitía para personas con discapacidad, tener un guía por cada disciplina, pero este año cambió y solo permitía un guía para toda la competición. Ante eso, un día él me dijo: ´Sofía, ¿quieres ser mi guía? ´ Yo inmediatamente le dije que sí.
Así empezó un arduo trabajo para llegar a punto al evento el cual se desarrolló el pasado 4 de diciembre, según nos cuenta está joven trigueña de pelo y ojos negros intensos y de figurita menuda, que nadie creería que tiene el biotipo de un atleta de alto rendimiento. “Para ser guía en este deporte, se deben tener conocimientos en entrenamiento y en pedagogía; ya que es importante que los dos estemos totalmente sincronizados, para que él haga, lo que yo le digo. En ese orden de ideas, fueron tres meses de preparación en ciclismo con una bicicleta tándem –que tiene dos asientos- por la Autopista Norte, natación en la piscina de la policía y el atletismo en el Parque El Virrey. Para estos dos últimos deportes, se usa una cuerda la cual está atada al cuerpo de él y el mío, por lo cual debimos ensayar mucho para encontrar la distancia apropiada”.
Pero entrenar con una persona con discapacidad visual tiene también sus riesgos. “En los entrenamientos nos caímos dos veces en la bicicleta”, nos cometa como si fuera algo menor.
Una vez que ya estaban al cien por ciento, tomaron un avión y aterrizaron en Cartagena, listos para la competencia que iniciaba de madrugada. “Empezamos con natación, después atletismo y terminamos con ciclismo. Poco a poco, vimos cómo la gente nos iba vitoreando y animaba para continuar. Me pasó que cuando estábamos corriendo, solté un momento la cuerda, para coger hielo para nosotros y casi se me cae Alberto, tuve que rápidamente que de nuevo atarla”.
Al final cuenta que les dieron un trofeo por ocupar el primer puesto, y de paso, se convirtió él en la primera persona invidente en participar en un Ironman en Colombia, y ella en la primera guía en hacerlo en esta competición. “Fue emocionante. La gente destacó el trabajo en equipo y la inspiración que causamos entre los asistentes. Con decirle que nos entrevistaron más que a los ganadores”.
Ahora se detiene por un instante, reflexiona y ve hacia atrás cómo la universidad que la formó para la vida, la libertad, los valores democráticos y la civilidad, influyó en su formación profesional. “Le agradezco a la Universidad de Cundinamarca por haberme dado las herramientas teóricas y prácticas para afrontar el complejo mundo laboral, ya que muchas veces hay una distancia inmensa entre estos dos conceptos, y acá, pude demostrar que no existió, pues apliqué lo aprendido”.