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Graduados dejan huella en Paralímpicos de Tokio
Como deportista y entrenador en tenis de mesa, vivieron la experiencia de participar en las justas más importantes para el deporte paralímpico.
Por Angélica Ma. Guzmán – Oficina Asesora de Comunicaciones
Las largas jornadas de entrenamiento, trabajar sin descanso, creer que se puede, luchar por conseguir los sueños y no desfallecer frente a los tropiezos de la vida, fue lo que llevó a David Vargas deportista en tenis de mesa paralímpico y Víctor Murcia su entrenador, ambos graduados de la UCundinamarca a cumplir el sueño de participar en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, celebrados en agosto del 2021.
Víctor se graduó del programa de Zootecnia de la UCundinamarca y luego realizó la especialización en Procesos Pedagógicos del Entrenamiento Deportivo en la misma Universidad y desde hace varios años se desempeña como entrenador y trabaja en el Comité paralímpico Colombiano y el Instituto Distrital de Deportes de Bogotá.
En el año 2017 este entrenador, conoció a David Vargas, un joven oriundo de Soacha y graduado de la UCundinamarca del programa de Ciencias del Deporte y la Educación Física, y quien según su entrenador es el “mejor deportista paralímpico, en tenis de mesa de Colombia”, desde entonces hacen equipo para representar al país en cada una de las competencias nacionales e internacionales.
“Los juegos en Tokio ya terminaron para nosotros, regresamos a casa con la satisfacción de participar y dejar en alto el nombre de nuestro país. No participar en competencias durante tanto tiempo por la pandemia nos afectó, pero esta experiencia nos da más fuerza para continuar preparándonos”, explicó Víctor Vargas entrenador de la Selección Colombia de tenis de mesa paralímpico.
El 27 de agosto fue la última competencia, en la que David Vargas participó y aunque quedó por fuera del juego tras enfrentarse al español Jordi Morales número 5 del Rankin ITTF PTT de la Clase 7 y Campeón Europeo, regresa a Colombia con la frente en alto para seguir preparándose para el próximo reto.
Los graduados han logrado hacer un gran equipo, juntos saben que podrán conquistar medallas y triunfos para el deporte, así como motivar a otros para que jamás se rindan y pese a cualquier discapacidad salgan adelante.
Un campeón
Llegar a Tokio 2020 fue un sueño cumplido para David Vargas, quien a sus 37 años se ha consolidado como un campeón en el tenis de mesa paralímpico a nivel nacional, panamericano y en diferentes torneos internacionales.
“A los juegos paralímpicos llegan los mejores, los campeones de cada continente y fue mucho tiempo de preparación física y psicológica, ya que el Tenis de Mesa es un deporte que así lo exige”, explicó el graduado de la Extensión Soacha.
Desde los 6 años David jugaba fútbol, voleibol y amaba el baloncesto, sin embargo, a sus 12 años un diagnóstico de parálisis cerebral infantil le cambió la vida, había una posibilidad de que jamás volviera a caminar.
“El diagnóstico fue de afectación en la corteza motora, en donde se afecta el movimiento y el sistema muscular”, explicó David, quien encontró en el tenis de mesa una manera de enfocar toda su pasión al deporte.
Desde los 15 años de edad este deportista juega tenis de mesa y en el año 2005 llegó a Bogotá a ser parte del deporte a nivel competitivo y en el 2006 comenzó a ganar títulos y no ha parado, es campeón nacional en individual, dobles, equipos y mixtos. Lleva compitiendo 16 años con buenos resultados.
Víctor, el entrenador
Lo que para Víctor comenzó como un juego, terminó siendo todo en su vida. El tenis de mesa le ha permitido encontrar su pasión y ahora que entrena a los atletas de tenis paralímpico, ve los frutos de todo aquello que lo ha llenado en la vida.
Desde que estaba en el colegio jugaba, luego ingresó a la UCundinamarca a estudiar Zootecnia porque según su perfil ocupacional era “para lo que servía”, sin embargo, seguía jugando y según cuenta su carrera duró muchos años porque dedicaba más tiempo al deporte.
Tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar y a tener reconocimiento en Fusagasugá a nivel deportivo y llegó a Bogotá a “las grandes ligas” para ser entrenador, fue entonces cuando decidió estudiar su especialización y seguir por el camino del deporte, dejando en el olvido la zootecnia.
“Nos hemos preparado para llegar a este tipo de competencias, desde la táctica, la parte física y todo lo que implicó la preparación y el acompañamiento. Hoy hay una sensación de orgullo por el deber cumplido y las ganas de ir por más”, explicó el graduado.