Alvaro Celis F., Laura Rocío Fonseca H y Cesar Ariza.
Introducción
La humanidad depende, directa o indirectamente, de las plantas para su alimentación, ya que todos sus alimentos son vegetales o se derivan de éstos por ejemplo: carne, huevos y productos lácteos. De las plantas se deriva también directa o indirectamente, la mayoría de las fibras textiles, fármacos, combustibles, lubricantes y materiales de construcción. Además, algunas plantas desempeñan funciones de ornato.
Desde los años 1960 se han liberado en todo el mundo más de 2250 variedades derivadas directamente como mutantes o a partir de cruzas con mutantes. En muchas variedades derivadas por mutación, las características cambiadas han resultado en un efecto sinérgico, mejorando la calidad y el valor agronómico. Muchos mutantes han tenido un impacto a nivel internacional por el incremento del rendimiento y la calidad en cultivos propagados por semilla.
Las mutaciones son fuente de variabilidad genética en los organismos. La variabilidad causada por las mutaciones inducidas no es esencialmente diferente de la causada por las mutaciones espontáneas durante la evolución. El uso directo de las mutaciones es una herramienta muy valiosa para el mejoramiento de plantas, particularmente cuando se desea mejorar uno o dos caracteres fácilmente identificables en una variedad bien adaptada.
La utilización de mutaciones inducidas en el mejoramiento genético de las plantas ha permitido la obtención de cultivares de alta adaptación en muchas especies. Sin embargo, su utilización debe estar precedida de ensayos que permitan determinar la dosimetría adecuada, así como familiarizar al mejorador sobre el efecto que las mutaciones tienen sobre el material vegetal utilizado.
Las mutaciones naturales se presentan en bajas tasas y el incremento de mutantes se puede realizar mediante el uso de mutágenos tanto físicos como químicos. Entre los agentes físicos destacan los rayos x, rayos gamma, cobalto radiactivo, radioisótopos, las radiaciones cósmicas, radiaciones ultravioleta, neutrones, partículas alfa y beta etc. Y, entre los agentes químicos está el gas mostaza, la colchicina, el etil metil sulfonato y la azida de sodio.
Bibliografía
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