La graduada que ayuda a los enfermos de cáncer

Se llama Cynthia Arévalo es enfermera con una especialización en oncología y es jefe de dicha  área en el Hospital Federico Lleras Acosta.  

Por: Juan Carlos Monzón- Oficina Asesora de Comunicaciones 

Y es que su vocación irrenunciable a la enfermería se la debe a una tía, quien le vio el carisma para esa profesión a esa adolescente, delgada, trigueña y de ojos negros que apenas había terminado el bachillerato y todavía no sabía qué estudiar. “Entonces un día ella llegó a la casa y nos pusimos a hablar. Fue cuando me dijo que porque no escogía enfermería, ya que veía en mí, el deseo siempre de ayudar a los demás. Me puse a pensar, y si, decidí inscribirme en la UCundinamarca y pasé el proceso de selección”. 

Así, en medio de los libros y las clases, transcurrieron sus semestres. Sin embargo, un hecho marcaría su destino: la pasantía la iba a realizar en la Gobernación de Cundinamarca. “Yo no tenía familia en Bogotá, por eso me fui a vivir a la casa de mi  amiga Lucero quien tenía cáncer de seno. Yo durante ese tiempo me dediqué a cuidarla con esmero. Hasta que un día ella me dijo: ´Negra, yo quiero que usted le dé a los demás, todo lo hermoso que usted ha hecho por mi durante mi enfermedad´. ´Claro que sí, le respondí´. Al poco tiempo, la enfermedad hizo metástasis en todo su cuerpo y falleció. Eso fue muy duro para mí, pero me quedó en la cabeza que debía cumplir con esa promesa”. 

Ya con el diploma de enfermera y un recorrido laboral importante y marcada por la experiencia de haber atendido a su amiga, decidió especializarse como enfermera de pacientes oncológicos a finales de 2016. “Me fui para Argentina  y cursé dichos estudios en  la Universidad Austral. Fueron cuatro años en total. Estando allá, reiteré mi vocación por trabajar con este tipo enfermos.  Al final me gradué, y decidí regresar al país”. 

Tan pronto llegó, empezó a laborar en una clínica en Ibagué. Allí se percató que muchos de sus pacientes llegaban sin saber qué era una quimioterapia y mucho menos una  radioterapia de una enfermedad que muchas veces se torna cruel y traicionera y que no solo afecta el cuerpo, sino el alma. “Yo ante esa situación, un día decidí crear una fan page en Facebook a la que llamé el Cáncer y Yo. Ahí doy soporte educativo y emocional a quienes lo padecen y publico testimonios de personas que lo han superado. Es que esta enfermedad te hace replantear cómo se ve la vida, ya que a las personas les asalta el temor de dejar a sus seres queridos o que pierdan una parte de su cuerpo, entre otros interrogantes”.  

Su éxito ha sido tal, que ya tiene  4 mil seguidores de España, Puerto Rico, Venezuela, Colombia y otros países de Iberoamérica. “Gracias a ese medio, me han llamado a dictar conferencias al exterior, por eso quiero ahora abrir un canal en Youtube para brindar mayor orientación”. 

El apostolado de esta mujer que ahora ocupa el cargo de jefe de enfermería oncológica del Hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué ha sido inmenso, en un país, el cual, según el Ministerio de Salud, entre el 2 de enero de 2020 y el 1 enero de 2021, reportó 416.289 personas con algún tipo de cáncer. “Hago charlas sobre la enfermedad y reuniones que organizan otras instituciones para apoyar a los enfermos en medio de un sistema que a veces los pone a dar vueltas para autorizar diferentes procedimientos o medicamentos”. 

Y es que en su hablar y proceder se nota  el sello de la UCundinamarca, una institución que forma personas transhumanas, para la vida, los valores democráticos, la civilidad y la libertad. “Tengo en mi mente tres docentes que siempre me marcaron durante la carrera: Nury Esther Silva, Mary Luz Monroy  y María Victoria Rojas, quienes nos decían que  en la formación que nos estaban dando, era una prioridad, la humanización en la atención.  Eso es algo que pongo en práctica y cuando he hablado con ellas que me felicitan por mis logros, siempre les comento que soy lo que soy, gracias a su ejemplo. Por eso cuando he sido profesora, siempre les inculco a mis estudiantes la importancia de ese concepto y les digo: cuando tengan a un paciente en frente, imagínense que es su papá o su mamá. No es solo saber hacer, sino saber ser”. 

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