El pasado 20 de mayo se vivió la experiencia del Campo cultural Bagüe “Ecocienciando el territorio: Cerro Quininí”. La convocatoria, realizada con algunos días de anterioridad, reunió cerca de 60 personas entre docentes, administrativos y estudiantes del Instituto de posgrados.

El cerro de Quininí es una reserva de cerca de 1.900 hectáreas, ubicada cerca de los municipios de Tibacuy y Cumaca, por los cuales se atraviesa para llegar al ingreso del cerro. Desde el inicio la experiencia incluyó una actividad de integración que buscaba perder el miedo, confiar en los compañeros y desarrollar un pensamiento crítico.

En dicha región tuvo presencia la comunidad indígena de los Panches, que según el guía del recorrido, fue una comunidad dirigida por mujeres cacicas, por lo cual, la montaña tenía una personalidad femenina para esta cultura.

El recorrido es de aproximadamente 6 horas en total, el cual incluye subir a la montaña y hacer diferentes paradas en sitios que fueron importantes para la comunidad, así como también espacios de reflexión y hasta se realiza un ritual de agradecimiento a la montaña por permitir a los visitantes acceder a ella. También en el sendero se pueden observar petroglifos o arte rupestre en diferentes momentos de la travesía. Algunos de los lugares representativos de la reserva son la cabeza del indio, el pico del águila, el gritadero y la piedra del parto.

El recorrido incluye adentrarse a una reserva muy natural, con un contacto con la naturaleza directo y unas panorámicas muy impactantes debido a la altura del cerro, que permite observar gran parte de la geografía de la región.

Entre los objetivos de la experiencia, adicional a conocer el cerro y aprender sobre la cultura de los panches y sus costumbres; es tener contacto con la naturaleza y desconectarse de las dinámicas del día a día y conocer un legado que permite tener un espacio de reflexión para reconocer cómo la cultura Panche, era de las pocas y valiosas culturas donde la mujer desempeñaba un papel básico y protagónico, lo cual, a hoy en día trasciende como una necesidad constante de fortalecer, agradecer y reconocer el papel de la mujer en nuestra sociedad.

Adicionalmente, es una inmersión y conexión con el territorio, reconociendo su importancia, historia y problemáticas actuales generando un aprendizaje a través de la experiencia y la narración de estos saberes ancestrales.