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Martes, 16 Marzo 2021 18:17

Transhumanismo y Posthumanismo ¿Para dónde vamos?

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Desde que el hombre formo las primeras sociedades, siempre ha buscado mejorar su bienestar y calidad de vida a través de invenciones en la agricultura, la salud, el comercio y el transporte.

 

Ing. Jairo E. Márquez D.

PhD En Educación

Docente investigador Extensión Chía, facultad de Ingeniería

Desde que el hombre formo las primeras sociedades, siempre ha buscado mejorar su bienestar y calidad de vida a través de invenciones que han repercutido en campos como la agricultura, la salud, el comercio y el transporte, por mencionar algunos. Esta evolución ha permanecido como una constante hasta nuestros días, donde la tecnificación ha hecho que las sociedades sean cada vez más dependientes de la tecnología, hasta tal grado de ir incorporándola paulatinamente en su modo de vivir e incluso en algunos casos hacerla parte de sus vidas.

En la actualidad, el hombre a través de la ciencia y la tecnología busca dar el siguiente paso en la evolución, incluso burlar la muerte. En este sentido, tecnologías disruptivas como la nanotecnología, la proteómica, la nanobiotecnología, la ingeniería de tejidos, la biología molecular y sintética, las neurociencias, la inteligencia artificial y la robótica entre otras disciplinas, están haciendo lo suyo en cuanto a formular un nuevo paradigma sobre cuál va a ser el futuro del hombre en cuanto a su naturaleza humana. En este punto se formula el transhumanismo, que rompe los esquemas y estereotipos acerca que la condición humana es inalterable e inmutable.

Villarroel, (2015) define el transhumanismo como la posición de quienes creen que es posible provocar deliberadamente un "mejoramiento" (enhancement) de los seres humanos, con miras a alcanzar un estado superior, a veces llamado "transhumano", o incluso "posthumano". Esto implica, realizar cambios en el organismo en diferentes niveles: genético, neuronal, celular, anatómico articular e incluso el reemplazo de tejido total o parcial por mecanismos robóticos o cibernéticos. Con esto en mente, el transhumanismo plantea un punto de divergencia entre lo biológico, tecnológico e híbrido, incluso digital.

Aunado a lo anterior, con los actuales desarrollos tecnológicos en bioingeniería, biotecnología y demás disciplinas mencionadas, el transhumanismo ha venido tomando mayor fuerza en el circulo científico y académico a nivel mundial. Por ejemplo, se plantea la superinteligencia artificial que eventualmente podría incorporarse al cerebro humano por medio de neurocircuitos. Esto significa, que el intelecto humano se incrementaría de forma exponencial, haciendo que el aprendizaje y la adquisición de habilidades de cualquier tipo se realizarían mucho más rápido, algo equivalente a lo que se presenta en la película Matrix.

Otro desarrollo encaminado a mejorar el bienestar emocional y optimizar el nivel de concentración y aprendizaje, es mediante la manipulación de los centros del placer por medio del neurohacking. Este consiste en el uso de nootrópicos combinados con fármacos antidepresivos (utiliza farmacología dirigida y personalizada) en algunos casos, que hace que las personas aumenten su grado de concentración y reduce cualquier tipo de emoción negativa en su vida. Lo que se espera de este tipo de fármacos, es mejorar el estado emocional a tal nivel que supere la experiencia humana normal, en la que se garantice que quienes consuman estos fármacos no se conviertan en adictos, por el contrario, mejore no solo su estado anímico, sino su organismo en general mediante la combinación de terapias génicas.

Por la línea de la neurohacking está en biohacking, que persigue el mejoramiento humano en lo físico como en lo mental. Este mejoramiento incluye desde la secuenciación genómica hasta implantes de chips para el monitoreo permanente de signos vitales y comunicación entre dispositivos relacionados con el internet de las cosas (IoT) y sensores biométricos, por lo que se habla de tecnologías vestibles o implantables (Wereables technologies).

Cabe mencionar, que investigaciones en nanotecnología combinada con la nanomedicina y nanobiotecnología entre otras disciplinas, plantean la posibilidad de construir in vitro e in vivo mediante ensambladores moleculares, órganos dañados o deteriorados, lo que conlleva a una reparación del cuerpo de manera automática, emulando de manera equivalente a lo que hace una célula, con la diferencia que anularía cualquier riesgo de enfermedad, actuando incluso como apoyo al sistema inmunológico (Márquez, 2020). Ya hay desarrollos avanzados en el campo de la nanorobótica y ensambladores proteínicos artificiales, posibilitando a un futuro no muy lejano que se inyecten nanobots directamente en el torrente sanguíneo de un paciente y realicen todas las tareas de reparación de tejido, incluso reconstrucción de órganos en su totalidad. Esto anula la posibilidad de contraer algún tipo de enfermedad, incluyendo el envejecimiento que en parte se considera también como enfermedad bajo este contexto, extendiendo de facto la vida.

Por consiguiente, pensar en extender la expectativa de vida es uno de los objetivos del transhumanismo, donde la genética y la nanotecnología entre otras disciplinas aportan lo suyo para que esto sea realidad antes del 2050. Existen tratamientos prometedores como la terapia celular y de células madre, dieta hipocalórica, reducción del estrés oxidativo, neurogénesis, nutracéutica, terapia molecular, regeneración telomérica, medicina ortomolecular y medicina regenerativa, entre otros.

Otra alternativa de prologar la vida mucho más radical es la criogénica; que consiste en congelar indefinidamente y volver a la vida en su momento a personas clínicamente muertas. Para que esto sea posible, se espera que a futuro mediante la nanotecnología combinada con tras ciencias, permitan reparar el tejido congelado y reparar las células causantes de la muerte. Aunque las pruebas han sido en animales, ya hay cientos de cuerpos congelados y cabezas de personas, en espera que se logre revivirlas bien en su cuerpo original o en otro, sea este biológico o robótico.

Un aspecto que plantea el transhumanismo, es que el hombre no va estar siempre en la Tierra, donde proyectos como el de colonización de la Luna y Marte están en proceso para llevarse a cabo antes de finalizar el presente siglo. De esta manera, se hace necesario que los individuos que van a permanecer indefinidamente en estos mundos, sean modificados genéticamente para que puedan adaptarse a los mismos, al igual que para aquellos viajeros a otros planetas dentro o fuera del sistema solar. Esto implica, que se presentará una divergencia de la especie humana, aquella radicada en la Tierra y otra que quizás nunca pueda volver a ella por sus condiciones físicas particulares.

Finalmente, se plantea que la esencia de un individuo pueda ser trasladada a una matriz sináptica artificial, cuyo “cuerpo” sería un computador, cambiando de esta manera la condición humana a una digital. En consecuencia, se busca fusionar la mente con el silicio, donde el medio de “vivir” sería el ciberespacio infinito. Aunque parezca remota esta

posibilidad, se está trabajando en ello, de hecho, existen proyectos en vías de desarrollo encaminados a tal fin, ejemplo de ello, es la iniciativa Avatar 2045 (Rosenthal, 2018). El camino en este sentido se está allanando por medio de las investigaciones y continuos progresos en computación cuántica e inteligencia artificial, cuya simbiosis propone creaciones tecnológicas sin precedente alguno en las sociedades venideras.

Lo que se espera antes de finalizar el presente siglo, es que parte de la humanidad inicie la transición a cambiar su biología a través de la tecnología, en la que se podrá freno al envejecimiento, las enfermedades, las limitaciones intelectuales e incluso la estadía en el cuerpo humano o en la Tierra, dando paso con ello hacia un cambio en la condición humana, convirtiéndose en posthumanos. Aunque las controversias en este sentido son vastas, lo cierto es que no existe impedimento en que cada individuo opte por modificar su cuerpo a su voluntad, es un derecho fundamental contemplado en las sociedades libres. Así, el transhumanismo evoca a superar las limitaciones biológicas con la ayuda de las ciencias y la tecnología a un nivel que transciende la biología, aún con el sinnúmero de problemas de índole social, cultural, religioso y bioético, entre otros, donde la comunidad científica (O’Connell, 2017) ha empezado a perfilar en cuanto a sus implicaciones a corto, mediano y largo plazo.

Referencias

Márquez-Díaz, Jairo Eduardo. 2020. Tecnologías disruptivas para la obtención de órganos y tejido artificial. Revista Colombiana de Bioética, 15, no. 1: e2624. https://doi.org/10.18270/rcb. v15i1.2624

O’Connell, Mark. (2017). To Be a Machine: Adventures Among Cyborgs, Utopians, Hackers, and the Futurists Solving the Modest Problem of Death. New York, The United States of America, Doubleday.

Rosenthal, A. R. (2018). Love of Life: Deconstruction, Biotech & the Survival of Indefinite Life. Oxford Literary Review, 40(2), 156–180. https://doi.org/10.3366/olr.2018.0250

Villarroel, Raúl. (2015). Consideraciones bioéticas y biopolíticas acerca del Transhumanismo: El debate en torno a una posible experiencia posthumana. Revista de filosofía, 71, 177-190. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-43602015000100014

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